el blog de un dinosaurio rosarino que escribe novelas disfuncionales, salvajes e imposibles de conseguir

Sunday, October 31, 2004

Should I stay or should I go?

Exilio, inilio, idilio...
Irse o volver, en el mundo global, es relativo:

“Pensar en una elección entre el propio país y el exterior es falso: ningún artista puede hoy trabajar en un solo país. En Michigan terminarían aburridos de Madonna si actuara sólo allí".
Diego Fischerman, citado por M. M., en el Radar de hoy.

Por si a alguien le quedaba alguna duda, no soy Madonna y con todo puede que igual aburra en Connecticut.
Ay, esta M. M., ha hecho una nota preciosa sobre artistas nómades, pero faltan los sociologuitos amargos de Ñ para hacernos acordar de que los pobres somos gente bastante inamovible. Y además los medios masivos están contagiándose, quizás deliberadamente, del estilo confesional de los weblogs... ¿o es mi imaginación?

Puede ser mi imaginación. Esta semana, y la anterior, corregí pruebas de dos libros (míos: una antología personal y una novela), funcionarios e imprentas lidiaron con mi falta de tiempo por e-mail, por teléfono y personalmente, traduje dos capítulos de un manual de campaña (60 pp. c/u), lamenté la muerte de un conocido, revisé varias traducciones, coordiné mi taller literario, ayudé a un sobreviviente de un atentado anticomunista (edad: 78) a escribir su autobiografía, soporté los ruidos del vecindario, miré una película, leí montones de weblogs, compré comida por teléfono para mí y para mi gato, alimenté diariamente a mi blog rosarinosaurio con ricas hamburguesas de pterodáctilo sólo para encontrarme con un par de esvásticas truchas pintadas en mi hogar dulce hogar virtual a las que respondí con la mayor altura que pude pero que convirtieron mi cerebro en el de un detective de novela negra durante 72 horas... y llegué a estar tan cansada que la otra noche me acosté y debo haberme dormido con los ojos abiertos, porque vi dos chanchitos volando. Eran dos: uno negro y otro lila, tenían alitas de libélula, cuerpos esféricos y peludos como de abejorro, giraban, y parecían colgar del techo. Se parecían al chanchito volador de la tapa del disco Animals, de Pink Floyd. De pronto se transformaron en el agujero de cables de la luz sin tapa que tengo en mi pared y que es lo último que suelo ver antes de dormirme; entonces supe que estaba despierta.

Hasta ayer no sabía si mudarme o comprarme un arma.
Ahora sé que me tengo que mudar.
Además este barrio de mierda está subiendo de valor.
Eso tal vez explica en parte la insolencia de ciertos personajes.
Pero puedo alquilar mi casa y hacer una diferencia.
Que la codicia redima a la cobardía...

Michigan. Qué lindo nombre para un gato.

Saturday, October 30, 2004

Norton not dead

Me contó la amiga de un amigo (¿será una leyenda urbana?) que una vez, en un show, alguien le gritó "¡Boludo!" desde el público, y Luca Prodan le contestó (con ese acento que tenía): "Boludo tu abuelo, que no tuvo hijos".
Es una lástima que por culpa de una pobre piba, probablemente universitaria, que eligió mi blog para inmolarse haciendo el papelón de su vida, muchos lectores de "Pegame y decime Norton" teman volver, como temen volver al aula los niños que sobrevivieron a la masacre de Beslán o los chicos heridos en Carmen de Patagones.
Un aula es, sin lugar a dudas, un lugar peligroso. Yo no pretendía que esto ni ninguno de mis demás proyectos lo fueran. Es decir, no pretendía que fueran peligrosos ni que fueran aulas. No es mi intención competir con ninguna academia, ni de arte ni de letras. En general, tengo el mayor respeto por los especialistas, respeto que ojalá sea recíproco. Como dice mi profesora de seminario de Crítica Literaria y Estudios Sociales, Silvia Delfino: lo alternativo no es necesariamente antagónico. Pero en esta ciudad donde la crueldad es ley, basta con que te armes tu puestito artesanal con cuatro chapas para que vengan los del shopping (¿o la villa?) de enfrente a querer prenderle fuego.
Por suerte son tan tontos que siempre se olvidan los fósforos.
Lectores, mis lectores: en mi calidad de anfitriona debo tranquilizarlos y asegurarles que no hay heridos y que no hay nada que temer. El rosarinosaurio Xenia Norton, alias Tyler Durden, sigue vivo, gozando de buena salud. Y está pasando por uno de los mejores momentos de su vida. Al desubicado que pregunte cómo habrán sido los peores, le anticipo la respuesta de que vienen mejores momentos todavía.
Y les agradezco su aguante vital a Daniel de Itaca (IT), a Daniel de Balvanera (AR) y a todos los que vuelven y dejan en estas frágiles páginas de luz (¿quién dijo que esto no es también un lugar?) algo de su ternura o de su sabiduría.
Lectores: Keep on hitting! ...pero con buena onda. Como dijo Luca Prodan: "Me pegan, pero con buena onda".
Por mi parte, no tengo ni quiero tener la generosidad de regalar una respuesta ingeniosa a quien no la merezca (sí a quien sí).
Además tampoco se me ocurre ninguna.

Penny dice:

los hombres van a la guerra y mueren
y en mi tapiz esplenden,
quedan fulgurando en el espacio:
los caídos
forman el aura del día,
ecos de un cuerpo, motas en el sol, esquirlas
bordándose, nutriendo el aire con su estilo
suben hasta la moda del año los tontos muertos
como peces pendientes de la espuma;
conservamos sus nombres, sus maneras
y somos una prolongación de la locura
de nuestros hombres que no pudieron con ella,
que a los pies de su locura cayeron.
somos su segunda vez, su sombra clara
nosotras que les dimos los nombres del mundo,
padres nuestros que fueron nuestros hijos
y que ya no esperamos, cuyo después
sostenemos.

de Itaca, cha(n)t X
Beatriz Vignoli (J & C, 2004)

Wednesday, October 27, 2004

korochi free (no te mates trabajando gratis)

Idea para un trabajo de campo:
investigar la existencia de un posible...

"korochi free" (se pronuncia "karoshi") o "síndrome de HPC":

HPC = Hago Por la Ciudad / Hizo Por la Ciudad (RIP)
enfermedad mortal endémica en Atopia (ex Rosario)

¿qué es el HPC?
es un suicidio laboral (korochi) inconsciente e impago (free) en respuesta a voces (int./ext.) que dicen:

Hacé por la ciudad,
Vos que sabés tanto,
Vos que sos tan capaz...


víctimas fatales más frecuentes:

individuos talentosos de diversas disciplinas, "ninguneados" sistemáticamente por las instituciones locales


síntomas:

- creencia (justificada en algunas raras ocasiones) de que se es imprescindible, genial, un verdadero faro de cultura;
- constatación recurrente de falta de suficientes credenciales; temblores al sentarse a redactar el curriculum vitae;
- conducta de luchar hasta morir; verborragia, entusiasmo, optimismo, no del todo justificables;
- realización de actividades, actividades y más actividades (artísticas y culturales; siempre por monedas o gratis);
- uso abusivo de la bicicleta para trasladarse y del teléfono y el e-mail para invitar gente a las actividades;
- impresión compulsiva de volantes, papelitos, fotocopias y otros materiales gráficos promocionando las actividades;
- constatación recurrente de que nunca sale nada de lo que mandás a los diarios o dejás en instituciones culturales.

ADVERTENCIA
conducta nada recomendable después de los treinta años de edad (y poco recomendable entre los 25 y los 30)

evolución:

- fatiga, cansancio, tos seca, ahogo o sensación de falta de aire; descuido del aseo personal;
- optimismo y sentimiento de poder, acompañado de una contradictoria falta constante de dinero;
- sensación constante de falta de tiempo (complejo de "agenda llena");
- desarrollo de afecciones permanentes relacionadas con el stress (pulmonares, oncológicas o cardiovasculares);
- la gente conocida que se te acerca a hablar te pregunta por tus "actividades", te escucha 2" y se va;
- podés OíR las comillas que rodean la palabra "actividades" (síntoma paranoide de stress rampante);
- soledad dominical crónica, con visitas al McD's (fetichismo de la hamburguesa) e ideas de suicidio y masacre;

PREVENCIÓN - RECOMENDACIÓN
si te sentís un talento local incomprendido por la ciudad y no reconocido a nivel institucional:

- rendite... bancate que no te quieran, quedate en tu casa, ellos se lo pierden, no le debés nada a nadie...
- andá a nadar, hacé manualidades... evitá pensamientos del tipo "debo luchar para que no me destruyan";
- no te aísles, pero sí alejate de las amistades que te presionen al logro o que te crean un genio redentor.

CONSEJO SALUDABLE
mantener prudente distancia respecto de ciertos ámbitos oficiales / mediáticos (no irles con proyectos e ideas).

CONSEJO SALUDABILÍSIMO
creá tu propio weblog; después comentame.


(en memoria de: Emilio Toibero, David Leiva, Norberto Campos, Eleonora Traficante, Miguel "Clota" Passerini, etc...).

Este fue un aporte más de los Dres. Durden & Norton a la justicia por las bajas civiles y a la salud de la comunidad.

Tuesday, October 26, 2004

E. T.

no a ti te tocaría
la submarina muerte
ni su frío insensible.

no a ti, que habitabas esta vida
como un mueble de mirada,
como una más de las cosas del amor.

no a ti en quien perduraban tantos nombres
de diosas y de estrellas;
¿podían desatarse esas constelaciones

de tu memoria
en tu memoria,
oh tú para quien el tiempo era todo luz?

no a ti te tocaría
el final y sus líquenes,
el cuerpo irrevocable;

no a ti los hórridos días
entre el lecho y la tumba,
la muda descomposición.


A Emilio Toibero,
cuya mirada el cine extrañará...

Recuerdo de la Argentina

El tiempo abre cicatrices en el espacio: es el efecto memoria.

En esta misma plaza, en 1990 cuando se estaban yendo todos, plantamos con el grupo Rozarte un arbolito. Leí un discurso y le pusimos una placa: "Si puede quedarse, riéguelo". A aquel sencillo acto lo consideramos una obra de arte porque como nos considerábamos artistas, sentíamos que todo lo que hiciéramos o dijéramos resonaba en la posteridad como en una cámara de reverberancia. Ser unos engrupidos de mierda era nuestra dimensión religiosa.

A la placa, por supuesto, se la afanaron enseguida. El de la pala en la foto se fue y volvió. Meses en Alemania fabricando helados, jornadas de 13 horas. Too much. El arbolito se secó porque a nadie se le ocurrió regarlo, era poesía lo que decíamos, no iba en serio. El grupo terminó por disolverse. Por esa misma plaza caminé, tres años más tarde, rumbo a la estación Terminal de Ómnibus con un boleto de ida a la estación Retiro y seis pesos para el taxi en el bolsillo y dos valijas pesadas, una en cada mano, una de ellas llena de diccionarios. Un hombre me ayudó a llevarla (era pesadísima) y me preguntó: ¿Qué llevás acá? ¿Una oficina?
Sí, le dije.
Tenía esperanzas.

Hoy amaneció nublado. Mi gato salió al patio y vio que no había sol para tirarse en su pedazo de telgopor entre las plantas como hace siempre; entonces me miró y me dirigió un maullido suave e interrogativo, un miau como diciendo: che prendelo, cómo no anda. No era un reproche, sólo una pregunta. Ingenuidad de hijo. Le prendí la estufa. Tiene otro telgopor ante la estufa, por si el sol falla. No es mi culpa si el sol falla, pero él no lo puede entender.

Monday, October 25, 2004

Inilio

Valga el neologismo, sería como un exilio pero para adentro. Es lo que mi subconsciente conmemoró ayer, y recién me avisó hoy.
Por si a alguien le interesa le efeméride: desde el 24 de octubre de 1997 estoy viviendo en la ciudad donde nací, no siendo eso lo que había proyectado. Cambiaría todos los McDonalds rosarinos por un puestito de panchos de Constitución o Miserere. Me compararía con Gombrowicz, si tuviera una obra como la suya.
Buscaría qué significa "-ilio", pero temo que se me quiebre la muñeca de tanto agarrar el diccionario.
Profesión peligrosa, la mía.

Sunday, October 24, 2004

Mejor me quedo

Daniel Massei tiene razón: mejor no me voy nada.
Lo que sí: NUNCA más reseño un libro de poesía. Nunca. Jamás.
Lo juro por los mocos de Proust, por la tos de Kafka.
Nunca más paso un día como el de hoy.
Al alivio de creer que podía despedirme sin más, le siguió una congoja tan profunda, que me fui al Mc Donald's y eso me levantó el ánimo. Me había vuelto sensible a las artimañas antidepresivas del marketing: el payasito de colores, los estímulos ambientales pseudohogareños.
¿Cómo tenés que estar de mal para que el Mac te levante el ánimo?
No podía dejar de pensar en mi padre muerto mientras miraba todos esos niños con ropitas caras y dejaba pedazos de lechuga tirados en la entrevista de La Nación a un profesor de Harvard que daba por truchas las versiones existentes sobre el 17 de octubre y decía que este país es farolero y encantadoramente desesperante.
Hasta me hizo bien leer la nota de Fresán en el Radar sobre el suicida Elliot Smith y su poesía desesperada: "¡...Uuuy... igual que yo!" me dije, y al instante me di cuenta de que estaba pensando en mí en forma póstuma.
Y me agarraron unas ganas bárbaras de comprarme un montón de armas y hacer una masacre y después volarme la cabeza de un tiro, total, para qué quiero vivir sin el Diario. Hartazgo, hartazgo total y absoluto de que todo en la vida sea caos, destrucción y muerte, hartazgo de que siempre todo sea final y más final, y nuevos finales cuando ya parece que pasaron el cartel de The End como veinte veces, pero no, siguen y siguen las bajas, ya viste pasar todas las bolsas de 1,80 m de largo que querías ver y sobre todo las que NO querías ver pasar y siguen pasando. Y ese es el momento en que te da culpa seguir en pie, respirar, ver el brillito azul en la superficie del lago como en una oscura seda arrugada, ver las luces del parque a través de las ramas de los árboles. Y al malabarista del semáforo en rojo se le cae una antorcha en el medio de la calle. Y tiene puestos los mismos pantalones a cuadros de la semana pasada, y ya se le cayó la antorcha la semana pasada también y a lo mejor es parte del show. Y mientras esquivás los pozos que la Municipalidad ha dejado en la calzada como cicatrices, pensás en Paul Celan y empezás a entender cómo es que los sobrevivientes recién se suicidan cuando empiezan a tenerlo todo.
En suma, un domingo de mierda.

Si el mejor Cortázar es un mal Borges...

como dijo el novelista argentino César Aira (parafraseando a un escritor cubano) en el MuliÑanduPelu CascariPluma del sábado 9, entonces, parafraseándolo a su vez, podríamos alegar que:

- La mejor vinchuca es una mala mulita.
- El mejor ombú es un mal baobab.
- El mejor microondas es un mal televisor.
- El mejor lavarropas es un mal tocadiscos.
-El mejor fitito es un mal Wolkswagen.
- El mejor mono tití es un mal caniche.
- La mejor ojota es una mala sandalia.

Y hablando de sandalias...

- ¿El mejor Aira, no será un mal Arlt (o un mal Macedonio Fernández)?

Cumplida nuestra tarea justiciera, el estudio de los Dres. Durden & Norton se retira a seguir disfrutando de su día de descanso.



Saturday, October 23, 2004

Goodbye, hello

Hay errores que lo cuestan todo.
Es como eso que decía un premio Nobel de Física: el aleteo de una mariposa en Japón produce un huracán en la China.
Herir la sensibilidad y los afectos de un poeta (me refiero a la sensibilidad AJENA) es algo parecido. Cualquiera puede fundar una secta terrorista en un momento de distracción y poco sueño. O perder diez amigos por una palabra mal publicada. Si te pasa con la compu, llamás al técnico. Pero no existe ninguna fundación de asistencia en catástrofes que nos ayude a pulsar "Contrl + Z" y deshacer lo mal hecho en casos de desastre causados por error humano.
Y si existe, no tengo el teléfono.
Pero no me voy a empezar a dar manija como Tom Cruise en Nacido el 4 de Julio. Ya pisamos el booby trap, ya saltó todo en pedazos. Lo real es así -me digo-. No tenés el control. Y no podés cambiar de canal. Sos torpe -me digo-, qué le vas a hacer. Sos como Homero Simpson en la central atómica, un argentosaurio en un bazar. Pero ya te pasó otras veces y sobreviviste. Tratá de no sufrir, de no pensar, de seguir adelante. Mientras tanto hay que afrontar la situación. Parar la hemorragia. Salvar lo que se pueda...

Basta de metáforas.

En la sección de comentarios de mi post del 11 de octubre, titulado "Sin llaves y a oscuras", cometí un error.
Donde dice (decía):

"En el Diario de Poesía me rebotaron una reseña de(l libro de Fabián Casas) Oda"

debería decir:

"En el número pasado del Diario de Poesía tenían tres reseñas mías, y de las tres decidieron postergar la del libro de Casas para el número siguiente porque en ese mismo número había una reseña hecha por Fabián, y se había convenido en que en un mismo número no se iban a comentar libros de un autor cuando ahí mismo aparece su nombre firmando una bibliográfica. O quitaban el comentario a Casas o el de Casas, y de Casas tenían uno solo pero míos, tres".
Me lo acaban de explicar.
Pido disculpas a los damnificados y espero con esto salvaguardar el buen nombre del Diario de Poesía.
Aclaro además que no me encuentro en ninguna guerra, personal ni profesional, militar ni civil, consciente ni inconsciente, animal ni vegetal, ni de ninguna otra índole, contra el poeta Fabián Casas.
Si no posteo mi reseña bibliográfica de su libro como había sugerido en ese mismo comentario, no es por cobardía sino porque mi única copia rápidamente accesible de la misma quedó guardada -junto con varios libros míos- en un equipo que vendí a una persona de confianza. Me mando esas cagadas con MIS cosas... Estoy hasta las manos.
Lo lamento.
Y bueno, supongo que esto es un adiós.
No hard feelings.
Adiós...
¿Adiós?
No, nada de adiós. Que sea un simple hasta luego. Quiero irme de la política de la poesía, para quedarme con la poesía solamente. Y con algunos de sus autores que me resultan queribles y me son queridos. Dejar atrás todo intento de conservar el poder, para preservar los afectos. Es decir, ese afecto íntimo y distante que se produce entre quien escribe y quien lee. Como decíamos con un amigo: sí al placer, no al goce. Quiero tomar distancia de las luchas "intestinales" (Luc dixit) para que las revistas de poesía vuelvan a ser lo que fueron siempre: un respiradero, un alimento. Quisiera irme de todas (ya enviaré los correos personales a quienes corresponda) para dejar en claro que no soy el enemigo de nadie. Pero, sobre todo, quiero dejar de lastimar gente sin querer. Mi deseo era escribir, no entrar en guerra. No disputo más espacios: tengo el mío propio. Aviso lo siguiente para que deje de considerárseme una amenaza: a partir de hoy soy una traductora que escribe poesía en sus ratos libres. Mis ratos libres suman unos cuantos años de desempleo. Durante los cuales escribí sin parar. Y molesté a bastante gente. Y lo lamento. Bueno, eso se terminó.
Leámonos.
Es lo que importa.
Lo demás es "vanidad y atrapar vientos".

Thursday, October 21, 2004

Cae la luna

(fabulita moral)

Cae la luna; necesito capitalizarla. Escribo: “Cae la luna”.
Pido un vino y sigo: “Cae la luna/ adentro de mi vaso”. Vamos bien. Ya tengo dos versos: un dístico. El vino me sale sólo $ 1,50 el vaso, pero el vino de la casa de acá es bastante bueno. Una pequeña inversión en irrigación sanguínea cerebral: calculo que puedo permitírmela. Si es verdad que un dístico ya es un poema, y si sigo a este ritmo, a razón de un poema por nochecita (incluidos los novilunios) tendré un libro a fin de mes.
Un libro a la luna es un excelente negocio. La luna como materia prima y como recurso natural es renovable y está casi permanentemente disponible. A lo sumo me agarraré un dolor de cuello de tanto mirar para arriba (tengo que averiguar los honorarios de la masajista). Supongamos que no haya mercado, que las ventas vayan lentas, que esto no dé rédito, pero... ¿y el prestigio? No es una perspectiva nada despreciable, amasarme un prestigio literario con sólo sesenta versos y treinta copas de vino, a razón de una cada 24 horas (tengo que preguntar si los domingos o los lunes esto está cerrado).
No serán versos memorables; no serán versos conmovedores... pero, vamos, con mi dominio del oficio, ¿cómo no voy a poder escribir dos versos buenos por día? Puedo tirar unos cuantos en el papel y después seleccionar. Papel tengo, me basta con esta libretita que me salió un peso y es linda, me inspira. Birome tengo. O compro una de $ 0,75 en el kiosco de acá a la vuelta. Compu: 60 líneas las paso en limpio en un ratito; armo un libro, lo mando por e-mail a revistas, a concursos, a pequeñas editoriales... ¡que circule!
Soy argentina, soy poeta, soy emprendedora, soy talentosa, soy laboriosa. Hasta podría ganarme algún premio en euros en España: allá también ven la luna.
Lo que se dice, un negocio redondo.

Wednesday, October 20, 2004

Si las amas de casa...

...fueran comandantes del Ejército de los Estados Unidos

¿qué dirían?

El Felino del Puesto de Comando (FCP) se halla abocado a su procedimiento normal de carga de batería biológica = el gato toma sol

El puesto de aprovisionamiento de vituallas a cargo de personal extranjero se encuentra en el estado normal de interrupción temporaria de sus funciones de expendio remunerado habituales = ya cerró la granjita de los chinos

El mantenimiento de rutina de los equipos de vestimenta se encuentra demorado/interrumpido por exceso de celo en sus otras funciones del personal secundariamente a cargo del mismo = no tengo qué ponerme

Sí/No Emprender operaciones de supresión material, incluyendo liberación de material químico, contra un blanco errante, contaminante, rastrero, no humano y no perteneciente a los EEUU = ¿tengo que matar esa cucaracha?

La unidad móvil para el transporte de grupos de civiles retrasa su arribo respecto de un lapso de tiempo deseable = no viene nunca el colectivo

Los elementos imprescindibles para habilitar el ingreso al CP por parte de su legítima usuaria se hallan temporariamente fuera de alcance físico y mental de la misma por causas desconocidas = ¿dónde puse las llaves?

Sunday, October 17, 2004

ESTO es una mujer:

domingo, octubre 03, 2004

Sacate

Sacate la ropa. Sacate esa boina y ese saco de pana. Sacate ese jean viejo agujereado y rotoso. Sacate la remera naranja de país extraño. Sacate las zapatillas cómodas y los zoquetes blancos. Sacate el boxer negro de marca, que te hace una colita perfecta. Sacate los prejuicios, los miedos, los nervios. Sacate las respuestas rápidas, las ironías de nene chiquito con actitud. Sacate el pucho de la boca, el que te pusiste para hacer tiempo. Sacate el character de muchacho recio y contestador. Sacate a las anteriores de la cabeza. Sacate el estudio, el trabajo, el equipo. Sacate tu familia, tus amigos, tus mascotas, el bondilero y la chica que limpia en tu casa. Sacate todo.

¿Ya está?

Ahora sacame las ganas.


posted by ]v[arucuturu
Could I care less, even if I tried?
http://www.amorfoblog.blogspot.com/


Y esto también es una mujer:

viernes, octubre 8

El proceso de transformación ha comenzado.

Leo algo en el monitor. Apoyo la boca sobre mi mano. Hace un rato lavé los platos. Me quedó la piel seca, arrugada. Siento un olor distinto, casi perfume. Parecido a la lavandina. Ya sé. Es ese olor que siempre tenían las manos de mi abuela.

Qué impresión.


# posteado por absurdita a las 4:00 AM
Lilith o el devenir dragón
http://www.absurdita.blogspot.com/

Y ESTA también.

Saturday, October 16, 2004

Semen amargo

Anoche me dejó un sabor amargo (ja ja, casi tan amargo como el que se describe acá) la gresca que se armó en uno de los weblogs de Omar Genovese (tres rounds, hasta ahora: dos secciones de comentarios y un post) a partir de la irrupción de una provocadora.
Me quedó claro que la mina es una jodida. Jamás quisiera cruzármela: sus aires de superioridad delatan el ejercicio de una mirada cosificante que hace del otro (desde su punto de vista, claro) el objeto estético (¿camp, kitsch, kitsch-chic?), de un goce perverso. "Omar (así, en tercera persona) me interesa como una fuerza de la naturaleza", escribe con insolencia esa tipa en la ventana de comentarios del susodicho. A quien trata, entre otras lindezas, de "arruinado por el psicoanálisis". Y quien al principio la ignora olímpicalmente, y lo bien que hace.
Pero después muerde el anzuelo. Empieza con cierta altura: "Me alegra ser el objeto de tu fobia", replica. A esta altura, la discusión ha entrado en un vórtice maligno: "si me dice que me odia es porque está caliente conmigo"; "si me dice que yo digo que si me dice que odia es porque está caliente conmigo, es porque está caliente conmigo". Y así sucesivamente. Un festín para el Lacancito.
Pero cuando se suman los amigos para lapidarla, el asunto deja de resultarme divertido.
Porque las cosas que le dicen son el equivalente de decirle a un negro: "andá a cosechar algodón", o "para qué te habrán sacado los grilletes", o "¿te hizo mal el látigo del amo?". Me asombra cómo por un lado saltan tantos gentiles contra los jabones de grasa de Nicola Costantino a defender la sensibilidad herida de los judíos, quienes con toda justicia prefieren que no se les recuerde la humillación nazi (una vergüenza para la humanidad); y por otro, a nadie le molesta que a una mina la manden a lavar los platos... salvo, por supuesto, a la mina en cuestión.
Volviendo al caso que nos ocupa hoy en el estudio "Te agarramos a la salida" de los Dres. Durden & Norton (especialidad en histéricas decimonónicas algo pasadas de moda, neurosis actuales, alergias bizarras), y volviendo a la sección de comentarios del blog de Omar: entre ayer y hoy, cuando entramos al ruedo las chicas, la charla recuperó su picardía ligera y nadie salió muerto/a.
Pero mi verdadera pesadilla es que un día Blogger se avive y reeemplace su botón de "Get your own blog" por uno de "Get your own life".

Thursday, October 14, 2004

gana la casa

La otra noche, mientras contemplaba todo ese desperdicio de inteligencia y pasión de los jugadores de cartas en Rounders, no podía dejar de pensar en ese desperdicio de inteligencia y pasión que cunde entre los poetas profesionales argentinos. Estaba todo: la leyenda viviente, los distintos estilos, las mesas de entendidos, los canjes de favores y las mañas para reventar al colega, para matarlo.
Según Edward Norton, en el póker hay tres clases de jugadores: el de la impasible cara de póker, el de modales amables o "nice" (a veces hay una relación inversa entre su amabilidad y su saña), y el tramposo irredento, el que siempre tiene un as en la manga.
En poesía también.
"Turista": en una mesa de póker, el boludo que va a ser prolijamente esquilmado antes del amanecer y se lo va a atribuir a la mala suerte, no a las malas artes. Y mejor que no sospeche nada. O lo tildarán de paranoico.
Lo que se les escapa a los "professionals" es que todos esos giles son alguien en el mundo. Son profesores universitarios, comerciantes, profesionales de verdad, gente que hizo y que hace algo. Quizás trabajen al pedo, pero hacen algo. En cambio los apasionados jugadores solamente son Gardel (o Borges) entre ellos, en su pequeño circuito nocturno lleno de humo de cigarrillos y contraseñas de una jerga para iniciados. Puede ser que tenga más sentido su quehacer que el de los otros, pero habitan una galaxia cerrada donde siempre parecen ser demasiados y sobrar alguno, aunque sean cuatro gatos.
Como en las familias endógamas, sólo se trata de gente acorralada.

Tuesday, October 12, 2004

Cuerina, o la pasión según E. N.

Mike McDermott es talentoso, ambicioso, audaz, apasionado y honesto. Si fuera poeta, debería huir de la ciudad, apaleado por sus colegas. Su amigo, el Gusano, es un pícaro querible que cree que no se puede ganar sin hacer trampa y sobrevive jugando a tres puntas. Si fuera crítico de arte argentino, llegaría a director de museo.
Pero ambos son jugadores de póker y esto es una película yanqui algo vieja, "Rounders" (John Dahl, 1998) con Matt Damon y... ¡Edward Norton! Y con John Malkovich y John Turturro y Martin Landau y Gretchen Mol y una magnífica Famke Janssen y un montón de swing y un montón de exteriores neoyorquinos y cierto tufillo moralista a través del cual las estrellas brillan igual, pero como a través de una bruma. Para su papel, mi Nortoncito se consiguió una campera de cuerina salida directamente del guardarropas de... ¡Keith Richards! O eso le contaron. Y no lo dice en las entrevistas, pero usa un escarbadiente entre los dientes como Sylvester Stallone en "Cobra", y se para abierto de gambas en vaquero bombilla y zapatillas blancas tipo Flecha como Dustin Hoffman en "El Graduado", y pone en la pasión de su personaje por el juego toda su pasión de actor joven por ese personaje de mierda, y es una bola de estilo y de gracia flameando por el espacio a través de toda la película, y eclipsa en cada plano a cara-de-póquer Damon (que se vengará de eso en "La hora 25") y cuelga los pulgares de la presilla del vaquero como James Dean (¿o era Marlon Brando?) y como todos los tipos que trataron de seducir imitando a Dean y a Brando y jamás convencieron a nadie, pero a los sesenta años son expertos en el análisis de la gestualidad de los galanes de Hollywood del pasado. "Rounders" no es "Midnight Cowboy" de la misma manera en que "The Color of Money" no es "The Hustler". Pero es lo que vi anoche en video en vez de ver por cable "American History X" el sábado.
Foto.
Y me acordé de Baudelaire ("Le Jeu"):
"Je me vis accoudé, froid, muet, enviant,
enviant a ces gens la passion tenace".
Y de R. Bielsa cuando no era canciller:
"En esto no hay suerte, decía el gran billarista".
Y quiero aclarar que mi post de ayer era un mal chiste que no se entendió.
Pero tengo otras cosas que hacer. Basta de polisíndeton por el día de hoy.

Monday, October 11, 2004

Sin llaves y a oscuras

Una de cal y una de arena

Poeta que tiene tanto de intimista como de constructivista y de deconstructivo, Fabián Casas (1965) hunde los cimientos de cada uno de sus poemas en el terreno sólido que previamente ha cavado como lector. Catástrofe o catastro, su registro de lo urbano se inscribe en una escritura legitimadora, fundante. Su estilo es una puerta abierta, pero siempre dentro de un marco. Casas es menos un epígono que un sucesor, en tanto deviene propietario de una herencia literaria que constituye la morada de su arte. Su techo son los maestros de la lengua inglesa. En su obra se perciben ecos de "La tierra baldía" de Eliot y de "La carretilla roja" de Williams. No en balde carga con lo concreto, con lo férreamente armado de un muro irrevocable. La arquitectura de su poesía se va instalando eléctricamente en el oído como un conjunto de conexiones que posibilitan tanto la lectura como lo musical. "Yendo de la cama al living", dijera el bardo Charly, en otra de sus influencias iluminadoras para el ámbito de Casas. Ducho en una fluidez que elude lo plúmbeo aunque circule a su través, Casas se toma su tiempo para denominar y designar los paisajes que le ofrece su ventana. O para jugar con los muebles, sin dejar de apreciar la inmovilidad: su valoración creciente del espacio doméstico donde nada sucede -pero donde se va la vida- constituye un verdadero cálculo inmobiliario. Un plan quinquenal, como tantas otras ruinas de la Historia por donde deambula y donde pernocta su nostalgia. O su neuralgia. Casas será recordado como el poeta que se animó a decir "aspirina" en vez de "bálsamo", llamando al analgésico por el nombre con que se lo busca en el cajón de la mesa de luz. Fabián Casas marca un antes y un después en la construcción del lenguaje.
Pero que salga un poco, este muchacho.
No sólo a sacar la basura...

Sunday, October 10, 2004

saurios y saltimbanquis

Pocas amistades son de una calidad tal como para producir experiencia, es decir: tiempo presente.
Si es verdad que existe una experiencia poética, o una epifanía, o una experiencia de lo maravilloso o como se llame, y si es verdad que esta es provocada por un acontecimiento, entonces la posibilidad de tal acontecimiento (al igual que toda otra posibilidad genuinamente humana) es la intersubjetividad del amor, que incluye a la amistad. A la amistad, mutua redención de doble mano: al amor narcisista por quien uno desearía ser o haber sido o seguir siendo, volcado en otro, en un igual.
Iba yo ayer caminando por mi barrio con una de esas raras amigas, Ivana (detalle casual: yo soy tocaya de su analista y ella, de mi médico alergista; detalle no tan casual: ella es periodista y me entrevistó con un respeto tan grande que no sólo no publicó nada que me resultara inconveniente según la lógica de que el pez por la boca muere, como lo hubiera hecho un enemigo, sino que vino a casa a traerme la nota publicada)... Íbamos, decía, por calle Córdoba rumbo al kiosco de Cafferata y Córdoba, ya que habíamos decidido comprar el Página/12 y a esa hora, en que ya había atardecido, el kiosco cercano a la estación terminal de ómnibus era una de las pocas posibilidades.
Por el camino vimos dos escenas maravillosas.
La primera, un antiguo colectivo de línea que había sido cortado por la mitad y convertido en grúa. Yo dije que ese era el auténtico rosarinosaurio, re heavy metal con sus cadenas de metal pesado. Un "colectivo-grúa", pensé; un verdadero centauro del mundo vehicular. Ivana, atenta a la sutileza de las cualidades y cuyo estilo por consiguiente se basa más en el adjetivo que en el sustantivo, señaló que era a la vez sólido y precario.
Segunda señal del cielo de que me tengo que comprar una cámara digital: la malabarista de las antorchas, joven, bella, ensimismada, vestida de negro y tachas plateadas y jugando literalmente con fuego, haciendo su número en la esquina de Veramujica y Córdoba, donde empieza la plaza. Nos encantó. "Es tan ella, está tan serenamente sola..." , balbuceábamos.
Seguimos viaje, compramos dos diarios y nos despedimos. Ivana fue a su colectivo y a su casa y yo a casa, previa escala en el Mac. A la vuelta, vi de nuevo a la malabarista: llevaba de la mano a su hijita bajo los pinos de la plaza en la noche primaveral, y su marido malabarista la relevaba entre los autos y el olor a nafta típico de los artistas callejeros de las antorchas. Una verdadera familia de saltimbanquis.
También volví a ver al rosarinosaurio. Posaba junto a él, para la foto que jamás saqué (ay, esa era LA foto...), el auténtico linyera del barrio: con orgullo profesional, lo cuidaba, y en su frente alta llevaba un grasiento gorrito del supermercado Disco. No sé cómo se llama ese vecino, que vive en la calle con su perro negro, su barba encanecida y sus cosas en un changuito, y es el guardián de los autos y de los centauros.
Y ninguno de los dos estaba más cuando volví a pasar, ya de noche.
Cada poema es la huella de una foto invisible y este post es la huella de dos poemas que no escribí.

A Ivana.

Saturday, October 09, 2004

Aguante Norton (el antivirus)

Avisa Daniel Massei: "estoy recibiendo correspondencia con el nombre de bloggers amigos que trae un adjunto comprimido bajo el nombre del tipo fetishes o photos y ese adjunto en ningún caso debe ser abierto porque contiene alguna clase de virus... Tomen sus precauciones".

Confirmó mis sospechas. Me parecía muy raro que Guillermo Piro me mandara un e-mail con archivo adjunto, asunto: "Wet girls".

Pedazo de Inconsciente

Soñé con Fabián Casas.
Por esas cosas del inconsciente (que está estructurado como un lenguaje, no lo olviden), en mi sueño Fabián Casas se mudaba seguido. Era por su profesión: guardabosques. Además era un hombre muy religioso y a cada casita que le asignaban la tenía limpia y ordenada como un pequeño templo. (Interludio freudiano silvestre: de hecho, en una nota en el Clarín, Casas dijo medio en broma que estaba fundando la civilización "malla", cuya principal actividad era tomar sol. Anoche, en una cena post-inauguración en el Museo Castagnino de la muestra fotográfica de Valentina Rebasa "Chicas como yo", surgió "Ghost Dog" de Jim Jarmush como tema de conversación... además del tema obligado de los parecidos. Intuyo una cierta similitud remota entre Fabián Casas y Forrest Whitaker, cuyo nombre de pila significa "bosque" pero con una "r" de más. Y una amiga budista quiere alquilar mi casa. Y yo hoy tendría que estar leyendo poesía en Junín, pero la profesión y el cansancio fueron más fuertes).
Fabián Casas, que es poeta en la vida real, también lo era en el sueño. Me invitaba a leer en una lectura de poesía. Yo seguía (y sigo) con ganas de matar a un jefe que tuve (sentimiento incontrolable que llevo a la práctica sólo literariamente y no literalmente porque no soy Raskólnikov y porque hasta las cucarachas tienen derecho a vivir) y quería leer uno de los poemas furiosos que le escribí. Pero no lo llevaba a la lectura, que quedaba en un bosque remoto en un pueblito donde Casas oficiaba de algo así como cura párroco y daba homilías.
Después del almuerzo, yo trataba de transcribir mi poema de memoria. Lo loco es que me lo acordaba. Escribía (a mano, en lápiz, sobre cualquier papel): "Llega tarde al planeta y se abre paso / desde la selva sin raíz, desesperado / hombre al que nadie dio un nombre / luchando por el mero existir de sí, / hombre sin ser, sin donde pisar / contra la soga el hombre para quien / esperar compasión es hacer trampa. / Llega pero no a lo real, habita un aeropuerto..." y acá me atascaba y el sueño se convertía en una pesadilla.
El poema existe, es larguísimo, y por supuesto se trata de cualquier otra cosa.

Hoy dan una con Edward Norton. Hace de neonazi. En I-Sat.
Paz.


Itaca

.........................

en la bruma a la salida
del cine, vos me alegrabas,
vos eras mi alegría
en el espejo del bar.

.....................

en el loco que saludaba juntando las manos
desde otra de las mesas, vos eras mi alegría.

en un retrato de quevedo en un manual,
en el nombre de una calle en mi bolsillo
en un mapa; en el cenicero eras mi alegría
y del kiosco frente al bar yo me alegraba.

desde el taxi,
en el espejo eras mi alegría
y en la puerta de la librería me alegrabas.


no volveremos.

aplastados
por lo que crecimos sosteniendo
caeremos:

aire en el aire
como cuando se derrumba
el día en la noche.

al trasluz del olvido fulgura el sueño.

....................

tanto no ser se detiene ante este rostro.


Fragmentos de Itaca, cha(n)ts X y XI
Beatriz Vignoli, J & C, Rosario, 2004

A Fander. A Guillermo.

"Aunque se terminen los amantes, no morirá el amor
y la muerte no tendrá dominio".
(Dylan Thomas, citado de memoria)

Friday, October 08, 2004

Más vale borracho famoso

Resulta que ahora me gusta limpiar.
¡Qué bien! Ya me puedo casar. Mis amigas siempre me decían: limpiá tu casa, te va a hacer bien, te limpia la mente, te irradia buenas ondas, te trae fortuna. Mi idea de la fortuna era que venía con el trabajo asalariado o con los honorarios profesionales, así que: meta typing, meta tag y del plumero ni noticias.
Pero acabo de descubrir los abrasivos químicos. Voy a destruir el medio ambiente, ya lo sé, pero los abrasivos químicos reemplazan la presión mecánica y ahorran así el trabajo del fregado, para el cual (cuando fallan las fuerzas juveniles, que caducan como los programas demo, sólo que la versión premium no se consigue en ninguna parte) se necesita un entrenamiento previo del tipo haber hachado leña y cazado yacarés desde los 9 años. O por lo menos así habían sido Celia, Delia, Justina y Dolores, las honestas señoras paraguayas que en mi casa le daban duro a la virulana y al agua caliente con lavandina suelta contratadas por mi mamá, ella que odia la sociedad de consumo y nunca quiso comprar nada de lo que intentaran venderle por televisión.
Mi papá, en cambio, tenía un dicho: "La higiene es la madre de todos los vicios", solía decir. Imagino que se referiría a otras cosas. A los tipos que se agachan a buscar el jabón en la ducha de la colimba, esa clase de cosas.
Reminiscencias aparte, el CIF me cambió la vida. Ayer se lo pasé a la pileta del baño y después, cuando me recuperé de la alergia a los vahos tóxicos y la pileta estuvo seca y la miré, mejor dicho: la contemplé, mi pileta me irradió buenas ondas, me limpió la mente, fue un verdadero satori, casi un nirvana.
Así adquirí por fin el hábito de la limpieza en el hogar. Hoy lamí un rato al gato y después me puse a limpiar mi casilla de correo. Metodología: CDJD (la de Celia, Delia, Justina y Dolores, honestas señoras paraguayas). Uno por uno me reenvié y pasé a la papelera casi todos los mensajes recibidos de mi casilla Ciudad: los del Colegio de Traductores a mi dirección "izvig" de Hotmail, los referidos a este blog o a mi taller literario a mi dirección "lavigiliayelviaje" de Hotmail, los de la agencia de traducciones a mi casilla "trizvignol" de Hotmail, eliminé los inútiles, dejé los que no entraban en ninguna de estas clasificaciones, y vacié la papelera. Ahora mis casillas brillan, irradian buena onda, tal vez me traigan fortuna.
Más vale que lo hagan. En una biografía de Dylan Thomas que leí decía: "El dinero del premio pasó rápidamente a manos de los dueños de las tabernas". En la mía, si llego a tener tanta fama como Dylan Thomas, dirá: "El dinero de sus traducciones pasó rápidamente a manos de los dueños de la compañía telefónica".
La inoperancia crece, la inoperancia avanza. Un día nada funcionará, y, cuando nada funcione, será el fin.

(Todos los animales en este post son efectos especiales y ninguno ha sido maltratado).

Thursday, October 07, 2004

Un Hyundai color mercurio (reloaded)

Cada vez que salgo a la calle, es como si entrara en combate.
Sobre todo si es primavera, si brilla el sol, si son las tres de la tarde y si tengo un apetito descomunal.
A las tres ya han cerrado los tres negocios de comida de la vereda de enfrente (la panadería, la pollería y el kiosco de Sarita) y tampoco está abierta la verdulería de mi cuadra. Si los plazos de entrega del proyecto aprietan y ando con poco tiempo para llegarme a la granjita de la vuelta, me salvan los Miga Miga del kiosco de la esquina de Santa Fe y Suipacha, frente al hospital psiquiátrico. O el delivery de la rotisería, que a veces es la única forma de percatarme de que dejé conectado, por error, el server de mi PC. Es un barrio extraño, sutilmente hostil: a la farmacia de la otra esquina, la de Suipacha y Córdoba, la apodé "Farmacia Hobbes" porque nunca instalaron uno de esos dispositivos de plástico que dan números y así es como sus clientes se encuentran siempre en estado de naturaleza, luchando por ser atendidos y lográndolo siempre el más sano, el más rápido y el más fuerte, como si jamás hubiera habido (y es que no lo hubo: la farmacia de mi barrio es la prueba) nada parecido a un contrato social. También podría llamarla Farmacia Darwin y confiar en que genere algún cambio evolutivo al cabo de un millón de años. Después de todo es una farmacia, donde los que no logran ser atendidos mueren.
En cuanto al kiosco de la otra esquina, ya aprendí que tengo que ir con el cambio justo, dirigirme a la heladerita que está al fondo junto al mostrador como si estuviera en la casa de mi mamá pero en la casa de mamá hace veinte años, tomar mi sandwich (invariablemente un Miga Miga de jamón, queso, huevo y tomate: la combinación justa de hierro, calcio y vitamina C), y, girando con decisión hacia la derecha, saludar al empleado y pagarle. Si no procedo a esa velocidad, me gana de mano alguna estudiante de Medicina, con mejores reflejos... Hay 10.000 estudiantes de Medicina en este barrio, de febrero a diciembre; la Facultad de Medicina queda a una cuadra. Y el desprecio de sus jóvenes estudiantes por cualquier vecina del barrio cuya edad supere los 30 supera a su vez todo lo conocido en materia de desprecio entre seres humanos.
Por eso espero hasta las tres, hora en que no hay nadie. Sólo merodean algunos mendigos y algunos pacientes del hospital psiquiátrico. El sol los pone contentos. Su alegría se parece a ciertas canciones de Syd Barrett. Los mendigos que no son del hospital psiquiátrico dicen serlo. Parece que eso les da una sensación de status. Los del hospital psiquiátrico han aprendido la jerga institucional y la hablan como si no conocieran ningún otro lenguaje. De hecho no conocen ningún otro; o, si tenían otro lenguaje, lo han olvidado. "¡Doctora, doctora!" te encaran. Me da pena por ellos, pero me tranquiliza saber que no me confunden con una paciente del hospital. El día que eso suceda, no salgo más.
Salgo. ¡Sorpresa! Indestructible como una epifanía, hay un Hyundai color mercurio en medio de la calle.
El tipo ha estacionado en doble fila y a mitad de cuadra su Hyundai plateado tamaño jeep de combate recién salido de la concesionaria. Habla por un minicelular que casi desaparece entre sus dedos gruesos. Sus dedos son de color marrón oscuro. Ese es el color de su cara, el que aquí llaman negro. Cuando vuelvo del kiosco, le ha pasado el celular a la mujer que está sentada junto a él en el auto, o como se llame ese vehículo gigantesco que ocupa gran parte de la calzada, justo frente a mi casa.
Paso de largo lo más rápido posible, abro la puerta de calle, abro la cancel, me siento a la mesa, arranco la tira plástica de la caja de plástico y devoro el sandwich en mi bunker. Cuando trato de pedir más comida por teléfono, me doy cuenta de que dejé conectado el server en mi PC. Lo desconecto, llamo a la rotisería y me entero de que es demasiado tarde para pedir comida.
Salgo a comprar fiambre y pan para hacer más sandwiches, y me encuentro precisamente con eso que hubiera preferido no salir para no tener que volver a ver: el Hyundai, vacío, frenado, en doble fila, puesto ahí con una prepotencia que -según intuyo- comparte una tozudez común con la crueldad de cualquier torturador. Recuerdo mi juventud, mi sentimiento de culpa por no tener dinero, mi costumbre de gastar en honorarios de psicoanalistas lo poco que conseguía, mi mejor amigo en Buenos Aires pronunciando una cita de Scott Fitzgerald: "El dinero ha ido a parar a las manos equivocadas". Me alegro de no tener auto, de no tenerlo estacionado frente a mi casa, de no tener que sacarlo justo ahora. Me alegro de que me haya sido ahorrada semejante pesadilla: la de tener que pelear, sin aflojar, contra un tipo que por fin logró hacer plata. Se me ocurre que tal vez ha sido muy pobre de chico. ¿Pero cómo saberlo? A esa distancia y adentro de su auto sólo era un personaje para un cuento. Cuando lo vi, me imaginé lo que habría sufrido, despreciado por su color por los chicos de mi color, el que aquí llaman blanco: ¿no podía leerse su infracción como un desafío y una revancha?
Al calcular las ventajas estratégicas del conductor del Hyundai en caso de conflicto, me dio terror pensar que mis chances de ganar eran nulas. Hubiera tenido que enfrentarme con alguien evidentemente pagado de sí mismo, quizás resentido, que encima justo tenía aquello que yo debía conquistar y no obtuve. Iban a ser 3 contra 1: él, su mujer y mi superyó contra mí. Me sigue aterrando imaginar esa derrota: imaginarme ese dedo grueso y oscuro señalándome primero a mí y luego en la dirección del hospital psiquiátrico. Asistido por la razón de manera infalible, él que cumplió, que lo logró, que lo hizo, que de pronto tiene poder y que se siente impune, amparado internamente -como debe de estarlo- en la ausencia de culpa producto de la súbita coherencia entre su yo ideal y su yo real.
Ya pasó, ya pasó. En dos semanas cobro y me mudo de este barrio espantoso. Me anotaré en un gimnasio. Seré flaca. Seré fuerte. Seré rica. Tendré tiempo. Iré al río. Tomaré sol. Pareceré joven. Viviré lejos de los manicomios y de los estudiantes de Medicina. Me curaré de mis achaques, pero para comprar los remedios solamente iré a farmacias que tengan esa cosa de plástico para dar números.
Vuelvo de la granjita con mi pan y mi fiambre y el Hyundai ha desaparecido.
La calle está silenciosa sin su espejismo terrible del color del mercurio.

Wednesday, October 06, 2004

Las fronteras invisibles

Cada vez que entro a un lugar es como llegar a otro país. Tenía razón George Steiner en "Después de Babel": hay muchos idiomas porque la idea no es entendernos todos, sino entendernos vos y yo y que un tercero quede en orsai. Incluso dentro de un mismo idioma, no hay esa gran lengua madre protectora que uno se imagina cuando dice "el español" sino infinidad de fronteras casi imperceptibles, en el espacio y en el tiempo, que no precisan de cambios de bandera ni de aduanas. La naturaleza misma del lenguaje es en parte comunicación y en parte criptograma hermético, código tribal, jerga para iniciados.
Por ejemplo las heladerías: son sectas. No se sabe bien si fabrican helados o construyen catedrales. Quizás las estén construyendo en el sótano. Los helados podrían ser una mera fachada, un culto a lo efímero, que encubre una finalidad más trascendente. "Promo uno", "promo dos", "topping", "candy", "tiramisú"... es un glosario básico que hay que dominar porque si no no, de nada te sirve explicar que te antojaste de esa cosa beige con frutillas y masitas adentro y chocolate arriba. Serás un incomprendido. Una heladería no es el lugar para descripciones impresionistas. Tampoco un kiosco. Una de dos: o sabés la marca del chocolatín que vas a pedir y sabés nombrarla según la pronunciación que el kioskero percibe como correcta, o te quedás sin tu chocolate. Los dos años de kindergarten, siete de inglés en la primaria, cinco de colegio Normal en Lenguas Vivas y tres de Traductorado (17 en total, como el exilio de Perón, como el de Ulises) que te llevó aprender los sutiles matices de la "u" en la palabra "Cadbury" deberán ser extirpados momentáneamente de tu mente. Recuérdalo: debes olvidar lo que sabes. Llegando con hambre a Retiro desde Rosario no podés pedir un familiar de milanesa. Ni un carlitos. Ni un remo. Sí un árabe crudo, sin que nadie piense que se halla ante un matamoros neomedieval especialmente perverso y caníbal. Pero no intentes, nunca, llamar al pan pan y al vino vino porque lo que viene con vino es el "menú uno". "¡Marche un menú uno!" oís decir, y el verdadero sentido de esa frase cuyo significado comparten patrones y empleados por igual es "yo trabajo, pertenezco, aquí estoy, me gano la vida honradamente acá".
Ni qué decir que uno también se gana la vida honradamente siempre que puede; no se trata de atacar a los trabajadores o quejarse de ellos sino de analizar el lenguaje, las fronteras invisibles del lenguaje.

(continuará)

Tuesday, October 05, 2004

Un Hyundai color mercurio

El tipo ha estacionado en doble fila y a mitad de cuadra su Hyundai plateado tamaño jeep de combate recién salido de la concesionaria. Habla por un minicelular que casi desaparece entre sus dedos gruesos. Cuando vuelvo del kiosco, le ha pasado el celular a la mujer que está sentada junto a él en el auto, o como se llame ese vehículo gigantesco que ocupa gran parte de la calzada, justo frente a mi casa.
Termino el sandwich de miga que me compré, y cuando trato de pedir más comida por teléfono, me doy cuenta de que dejé conectado el server. Lo desconecto, llamo a la rotisería y me entero de que es demasiado tarde para pedir comida. Salgo a comprar fiambre y pan para hacer más sandwiches, y me encuentro precisamente con eso que hubiera preferido no salir para no tener que volver a ver: el Hyundai, vacío, frenado, en doble fila, puesto ahí con una prepotencia que -según intuyo- comparte una tozudez común con la crueldad de cualquier torturador. Me alegro de no tener auto, de no tenerlo estacionado frente a mi casa, de no tener que sacarlo justo ahora. Me alegro de que me haya sido ahorrada semejante pesadilla: la de tener que pelear, sin aflojar, contra un tipo que por fin logró hacer plata, que de pronto tiene poder y que se siente impune, amparado internamente -como debe de estarlo- en la ausencia de culpa producto de la súbita coherencia entre su yo ideal y su yo real.
Vuelvo de la granjita con mi pan y mi fiambre y el Hyundai ha desaparecido. La calle está silenciosa sin su espejismo terrible del color del mercurio.

Monday, October 04, 2004

Weblog: instrucciones de uso

A quienes visitan esto por primera vez y quieren saber de qué se trata:

Esto es un weblog, blog, bitácora o diario personal en Internet. Lo actualizo todos los días, o casi. Las actualizaciones anteriores quedan publicadas y se pueden leer. Los enlaces a otras páginas mediante hipervínculos suelen ser una parte sustancial del sentido de un post (texto publicado en un blog) y del blog mismo. Los comentarios, además de bienvenidos, son parte de la diversión.

Para usar los enlaces:

haciendo clic en toda palabra o frase que aparezca en color verde o celeste en el texto sobre fondo negro, se abre otra página dentro del mismo blog (enlace interno) o en otro sitio web o weblog (enlace externo). Para volver (al menos por ahora, hasta que yo aprenda a hacer que las páginas nuevas se abran en una ventana), hacer clic en el botón "Atrás" que está en el ángulo superior izquierdo de la pantalla.

Para dejar comentarios:

1- apoyar el mouse sobre la frase en celeste "¿algún problema? (o sobre la frase en verde "pegó primero" o sobre la palabra en verde "boomerangs"),
2- pulsar el botón derecho del mouse y se abrirá un menú en una ventana,
3- apoyar el mouse en "abrir en ventana nueva", y
4- luego pulsar el botón izquierdo y se abrirá la ventana de comentarios.
5- Escribir tu nick (apodo) o tu nombre en la primera ventana chica (o dejarla en blanco si querés que tu comentario sea anónimo);
6- escribir tu dirección de email (no es obligatorio) en la segunda ventana chica;
7- escribir (en caso de tenerlo y querer que lo visiten) la dirección de tu sitio web o weblog en la tercera ventana chica;
8- escribir tu comentario en la ventanita más grande;
9- pulsar el botón OK para que se publique tu comentario (suele no verse hasta después de unos minutos).

Para leer otros posts (actualizaciones anteriores, disponibles en la página):

hacer scroll o hacer clic en cualquiera de los subtítulos bajo el título "Fósiles".

Para ver los archivos (actualizaciones más antiguas, que ya están en otra página):

hacer clic en cualquiera de los subtítulos bajo el título "Yacimiento".

Para visitar otros blogs:

hacer clic en cualquiera de los nombres de la lista que aparecen a la derecha, sobre fondo verde, bajo el fino título de "Barrio weblog, guía del cyberflaneur".

Para visitar otros sitios:

hacer clic en los nombres de la otra lista u otras listas.

¡A disfrutar!

Sunday, October 03, 2004

La noche de San Jerónimo

El 30 de setiembre se celebra el Día Internacional del Traductor en homenaje a San Jerónimo, que tradujo la Biblia del hebreo al latín y que nació ese día del año 420.

(Mensaje del Colegio de Traductores de Rosario)



Una reunión de traductores en una ciudad de provincia es una reunión de gente tímida; gente limpia, recién bañada, puntual y tímida. Mujeres, mayoritariamente, para quienes la PC es una especie de pecera donde zambullirse en una intimidad más recóndita aún que la sola privacidad del hogar.

Según un estudio realizado con una colega en la reunión del Día del Traductor del año pasado, las traductoras se dividen básicamente en nerds expertas (que con talento, tiempo y trabajo devienen en geeks brillantes, sin perder un ápice de modestia; tal el caso de mi colega Gabriela) y en esposas con maridos sufridos y con dificultades para distinguir entre el horno microondas y el televisor de la casa. El grupo incluye un 0,5 por ciento de varones y un aproximado tres por ciento de indomables que ya desde el Traductorado éramos marcadas como "la bohemia con inquietudes", lo que desde un punto de vista racionalista tecnocrático viene a ser una aberración espantosa.

Y lo peor es que mis profes tienen MUY buena memoria.
Su saludo de la noche: "Ah, estás MEJOR...".

La reunión del jueves 1 estaba anunciada a las 20; llegamos dos a las 20:03 y la traductora de alemán, Adelaida, de blazer rojo Chanel y cadenita de oro, ya estaba en la puerta. En pocos minutos llenamos el comedor de la Federación Gremial. Éramos como cincuenta, todos intimidados por la elegancia del lugar (a la que cada cual a su modo y en la medida de sus posibilidades había tratado de adaptarse lo mejor posible, como esas mariposas que se camuflan entre la vegetación), y a cada uno le llevó un par de horas terminar de saludar a todos los conocidos. Lo más usual fue terminar con los "hola" e irse.

Pero flotaba un aire familiar, como de casamiento.

Es poco práctico estar en un lugar donde todo el mundo es tan fóbico social como uno: una larga infancia de pasar cumpleaños tras cumpleaños junto a la bandeja de los sandwiches no me sirvió esta vez para pasar desapercibida (además era imposible pasar desapercibida con mi nueva falda rosa Dior a la que no había tenido tiempo de añadirle unos cuantos centímetros más de enagua para adecuarla a la sobriedad de la ocasión y con mi remera rosa al tono... rosa chicle, como dijo alguna malvada por ahí): mis colegas usaban las mismas tácticas de evitación, lo que redundó en una desaparición masiva de sandwiches.

Menos concurrida estaba la cerveza, que los mozos servían en botellas de litro en baldes de hielo y a la que dimos en secuestrar en un operativo conjunto con un colega recién recibido que firma Rosetta Stone. Y a quien la cerveza volvió muy locuaz con las chicas. No tuvo el mismo efecto en mí, que tuve que hacer un gran esfuerzo para conversar con el único traductor de japonés, y eso que es un señor extremadamente cortés y amable. Pero su castellano es muy raro, y él al parecer lo sabe: noté que hablaba como en ideogramas. Lamenté que hubieran faltado los traductores de ruso, con quienes charlé casi toda la velada del año anterior: ESO era un acento.

Como a la hora me encontré con mi colega Hernán, y continuamos una conversación que habíamos interrumpido dos años atrás en una esquina. Mientras tanto, las autoridades del Colegio desplegaban una artillería de rituales de inclusión. Hubo un sorteo donde todos ganamos algo (mediante el sencillo truco de sortear por los números de matrícula de los presentes, que habíamos confirmado nuestra presencia por anticipado). Hubo un brindis, hubo homenajes a algunos de nuestros referentes morales. Salvo por Itala, una anciana traductora de italiano que es una especie de diva de ópera y que estaba en la gloria, por lo demás era gente poco dada a lucirse, visiblemente agradecida y abrumada entre las flores y los flashes.

Tita, mi profe, era más sonrisa que boca. "Esta es mi casa", dijo mi colega Emilio, emocionado de verdad. Lagrimeaban algunos veteranos recordando los sufridos tiempos heroicos del Liquid Paper y la Remington. Qué alegría -comentábamos-, hoy tenemos computadoras, Internet, ¡y hasta bibliotecaria y Thesaurus! "Mirá cuando seamos una secta y tengamos papisa", decíamos con Hernán, ya en plan nonsense desbocado. "La Orden de San Jerónimo, Sur. En vez de exámenes de idoneidad, ritos iniciáticos. Bailar en la oscuridad. Oh, brindemos por eso".

"¿Ustedes están locos?" inquirió, sincera y simpática, una colega con inquietudes. Terminé convenciéndola de participar en mi taller literario. El mismo taller literario del que hablábamos con Hernán dos años atrás... Sí, una reunión de traductores es una reunión de gente fiel.

Traduttori, tradittori: ¿quién inventó esa calumnia?



A mi colega Ernesto, que se lo perdió por alentar a Newell's.
(Más que perdonado...)


Saturday, October 02, 2004

El guardián en el centeno

"Niños argentinos, tiroteados como pájaros".

Lo dijo Maradona. Consta en The Guardian :

"Of course, before the match we said that football had nothing to do with the Malvinas War, but we knew a lot of Argentinian kids had died there, shot down like little birds. This was revenge".

(Versión inglesa hallada por Guillermo Piro. Versión al castellano haciendo clic en el título de este post).

Friday, October 01, 2004

Duncan

¡Amable público! Yo tampoco dormía.
Yo miraba la faz sin rostro de la muerte
en los ojos del varón que más amé.
Él me mataba: hacía de mí, del rey,
budín de carne, merca de peniques.
Lesas humanidad e investidura,
chancho en el matadero,
me fui bajo el cuchillo indiferente.
Desee Zeus que nunca se vaya de mi sangre
su nombre; ni mi sangre de sus manos.
Vengada quede, si no su traición
al menos esta vergüenza.


Beatriz Vignoli, Soliloquios