Suicide blog
Ahora sí. Nos vamos de una vez.
Este blog hoy cumple un año mercurial (tres meses exactos) y os dice adiós.
Pensé que la gente que conocería por Internet sería interesante y alguna sí lo es. Pero estos pocos contactos felices (pocos, pero buenos) navegan frágilmente sobre un mar de prejuicios donde escasea el sentido del humor.
Para decirlo con un lenguaje New Age, conocer la breve obra de desconocidos que postean anónimos de mierda (Imparcial: ¿qué apellido es ese?) levanta la autoestima porque uno sale ganando en la comparación; pero también cansa encontrarse siempre con los mismos prejuicios del imaginario social de un país construido sobre la opresión y el espanto. Personalmente opino que ni la vanidad, ni la búsqueda de gloria, ni la pretensión de ser intelectual, ni mucho menos la pretensión de dejar de serlo y permitirse el disparate (¡viva Edward Lear aunque yo perezca!), sean pecados. Pero esta breve e instructiva navegación por las cloacas mentales de mi cultura me reveló la existencia de infiernos de odio y prejuicio a los que no tengo ganas de seguir prestándoles espacio alguno en la ventana de comentarios de esta bitácora. Tampoco tengo ganas de desactivar la ventana de comentarios, porque justamente la gracia de postear era el feedback; para publicar sin feedback, prefiero hacerlo en cualquier otro medio donde no tenga que pagar la conexión.
Por supuesto que no todo fue infernal y también encontré excelentes amigos. Con ustedes, mis amigos, seguiremos en contacto a través de otros medios.
Amigos: gracias, felices fiestas y un próspero 2005 para todos.
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