E. T.
no a ti te tocaría
la submarina muerte
ni su frío insensible.
no a ti, que habitabas esta vida
como un mueble de mirada,
como una más de las cosas del amor.
no a ti en quien perduraban tantos nombres
de diosas y de estrellas;
¿podían desatarse esas constelaciones
de tu memoria
en tu memoria,
oh tú para quien el tiempo era todo luz?
no a ti te tocaría
el final y sus líquenes,
el cuerpo irrevocable;
no a ti los hórridos días
entre el lecho y la tumba,
la muda descomposición.
A Emilio Toibero,
cuya mirada el cine extrañará...
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