el blog de un dinosaurio rosarino que escribe novelas disfuncionales, salvajes e imposibles de conseguir

Thursday, September 30, 2004

Yo, Pierre Rivière, habiendo degollado a mi madre, a mi hermana y a mi hermano...

"Yo tenía un jersey de cremallera y cuello alto como el de Francisco García Escalero, el mendigo psicópata. Cuando el domingo pasado vi la foto que publicaba el periódico, en la que aparece cogido de la mano de su hermano, me puse pálido. (...) Yo creo que el jersey de Francisco García Escalero, si no es el mío, es desde luego idéntico al que tuve yo unos años antes de que le sacaran esa foto. Y las sandalias también; todavía me duelen las cicatrices que me dejaron sus hebillas en esa ladera del pie que no sé cómo se llama. Además, para qué nos vamos a engañar, también nosotros soñábamos con matar, aunque luego la vida, que es muy rara, nos llevó por otros caminos. Yo recuerdo que estuve a punto de matar a toda mi familia cuando leí un libro de un asesino francés titulado Yo, Pierre Riviere, habiendo matado a mi padre, a mi madre y a mi hermano, lo que pasa es que no conseguí nunca reunirlos a todos, de manera que me hice escritor por otras vías. Lo curioso de Pierre Riviere es que, a pesar de ser analfabeto, escribió una novela corta que te pone los pelos de punta y que interesó a todos los intelectuales franceses de la época. Yo soñaba con eso, con que se fijaran en mí todos los intelectuales franceses, desde Camus a Sartre, pasando por Merleau Ponty y Michel Foucault, pero los pobres se murieron sin que yo hubiera llegado a matar a nadie, ya ven, y no por falta de ganas, que tengo en la cabeza a un par de hijos de perra que tarde o temprano me la pagan," confiesa Juan José Millás en "Ese jersey con cremallera", texto perteneciente a su colección de "articuentos" (?). Vamos, hombre... Pudiendo decir estampa, aguafuerte, prosa breve... Querer matar a tu familia vaya y pase, todos tenemos nuestros malos días, y especialmente con este clima, pero... ¿tenías que inventar ese horrible neologismo?


Errata a mi comentario a mi post anterior: donde dice Lacan léase Foucault, si fuese eso posible.


Un día prefecto

De acuerdo con Omar Genovese en que no estamos en Estados Unidos.
De acuerdo en que Islas Malvinas no es una escuela secundaria privada, con la superabundancia de espacio y de recursos que muestran los largos y fríos planos secuencia de Elefante de Gus Van Sant (2003).
Es una escuela pública argentina para hijos de desocupados o subocupados o suboficiales mal asalariados. De acuerdo en que las vidas aquí no valen nada. La masacre de Patagones no se puede atribuir al spleen ni al tedio. Pero tampoco a un espontáneo brote de locura: acertarle 10 tiros de 13 a 10 blancos distintos, matando a 3 e hiriendo a 7, requiere de mucho entrenamiento.

"Esto está lleno de metáforas" dijo hoy mi primo Luis. Padre prefecto: ¿perfecto? Nombre del amigo: Dante Pena. Nombre del colegio: Islas Malvinas. Apellido del asesino: Solich. Solich como Solari, como solo.

Hoy mirábamos con Luis, en video, Elefante (¡gracias, Edgardo, por el dato y la recomendación!) y yo recordaba esa escena larguísima de 2001, Odisea del Espacio en que Keir Dullea (o cualquier doble dentro de ese traje de astronauta, para el caso) entra a la nave en busca de Hal. Dura, si mal no recuerdo, 10 minutos. Es un tipo solo en medio del espacio: entre máquinas, lejos de casa, lejos de la Tierra, lejos de todo. La vi a los 17 años y me abrumó por completo.

La soledad de la adolescencia. La que describe Rilke: "...soledad, gran soledad interior. Entrar en sí mismo y, durante horas, no encontrarse con nadie... Estar solo, como se estaba solo de niño, cuando los adultos andaban alrededor enredados en cosas que parecían importantes y grandes, porque los grandes tenían aspecto de tan ocupados y porque no se comprendía nada de lo que hacían". (Cartas a un joven poeta, Losada, Buenos Aires, 1998, pp. 55 y 56).

Esa misma soledad es la que Gus Van Sant en Elefante te tira todo el tiempo a la nuca. No es sólo un colegio, es un vacío interestelar el que rodea a esos chicos. Un elefante, se sabe, ocupa mucho espacio. El lazo de amistad entre Eric y Alex, sus juegos de guerra, el piano, su beso antes de matar y de morir; o el vómito al unísono de esas tres chicas que calculan sus porcentajes de tiempo de amistad en la mesa de la cafetería; eso y poco más resulta real, y aún así, resulta real sólo extrañamente, con la inquietante intensidad de lo precario.

Y nos imaginábamos a los Solich, solos, senior and junior, tirando. Padre e hijo unidos en un ritual contra el mundo. O contra la nada, en medio de la nada de Patagones donde encima, para colmo, no quedó nada.

Silencios.

Incapacidad de que el juego de guerra sea solamente eso: un juego.

Dolores de una cultura sin ficción.

Lo real crece, lo real avanza. Un día todo será real y cuando todo sea real, será el fin. (Jean Baudrillard, De la seducción. 1987).

Wednesday, September 29, 2004

Un día perfecto

"...la masacre en la escuela Islas Malvinas resultó ser la primera en su tipo en la historia de la Argentina". (http://www.lanacion.com.ar/640547)

La culpa no la tuvieron las armas, señor Filmus. Ni el diablo, que las carga, pero que no existe. Ni Marilyn Manson. Ni el hard rock. La culpa no la tuvieron ni el odio ni el rencor, sentimientos perfectamente legítimos, manejables para la mayoría de los seres humanos. La culpa no la tuvo ese día magnífico del comienzo de la primavera. Ni las hormonas adolescentes. Ni el padre militar que hoy llora y pide perdón. La culpa no la tuvieron las víctimas de Junior, sus compañeros que lo apodaron "Pantriste". Yo también tuve un apodo espantoso en la secundaria y nunca maté a nadie. Yo también viví en una casa con armas al alcance de los niños. Un hermano mío tiró un tiro a la pared, una vez. Todos estábamos llenos de furia y frustración. Todos estábamos sobreexigidos. Sobrevivimos. Nuestros compañeros de colegio sobrevivieron a nosotros. No sobrevivieron, en cambio, los compañeros de Junior.

¿Qué marca la diferencia? ¿Qué convierte a un chico en un asesino?

Matar es del orden del pasaje al acto. Un detalle revelador (subrayado ayer por Guillermo Piro en su blog Wimbledon) es ese testimonio de un policía, según quien Junior simplemente abrió fuego, pero "no dijo una palabra". Otro detalle: ninguno dijo nada, ni el chico ni su padre. Lloraban, pero no decían nada. Hasta ahora, ninguno de los familiares de Junior fue a visitarlo en su detención. Un chico callado.

Silencios.

Una rápida investigación en Internet (realizada entre ayer y hoy por el rosarinosaurio Xenia Norton en un rapto de lo que, parafraseando a la vez a Hunter Thompson y al colega Piro, podríamos llamar bonzo-yahoornalism) reveló detalles más que interesantes sobre la masacre de Columbine High. Algo que se le escapó completamente a Michael Moore: cuando perpetró junto con su amigo Dylan Klebold la masacre de Denver (Columbine High School, 20 de abril de 1999), el adolescente Eric Harris estaba recibiendo una medicación antidepresiva para tratar sus síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo. Perfeccionista, despectivo, carente de empatía y de paciencia según un perfil de "psicópata" publicado en "Slate" el 20 de abril de este año (gracias, Curt, blogger de "Hunting the Muse"), el joven aprendiz de Raskólnikov que escribió, en su diario, "Soy el hijo ilegítimo de Dios" daba menos el perfil de "psicópata" que el de TOC.

Pero además, la droga en cuestión era nada menos que Luvox, un clon del Prozac que se encuentra absolutamente contraindicado en menores de 18 años.
FUENTE: www.psyweb.com/Drughtm/luvox.html

En el sitio http://www.disastercenter.com/killers.html
se nos informa de una documentación cedida por Randy Brown, uno de los padres de Columbine, donde consta que los Harris fueron a consulta por las ideas suicidas de Eric, a quien el médico le recetó una droga antidepresiva, que le levantó el ánimo. Facsímiles de dicha documentación pueden consultarse en "The Memory Hole": http://www.thememoryhole.org/columbine/harris-violent.htm

La Dra. Ann Blake Tracy, PhD en Psicología y Ciencias de la salud, es especialista desde hace 10 años en reaciones adversas a las medicaciones serotonérgicas. Es directora ejecutiva de la International Coalition for Drug Awareness (www.drugawareness.org) y autora del libro PROZAC: PANACEA OR PANDORA? y en el sitio: http://www.rense.com/general/pro.htm
dice, entre otras cosas: "No hemos observado una disminución del suicidio, pero sí un incremento del asesinato y suicidio, suicidio, embarazos no deseados, violencia familiar, ciclotimia, MS, hipoglucemia, diabetes, quiebras financieras, divorcios, filicidios, peleas callejeras, masacres estudiantiles, cáncer, Síndrome de Fatiga Crónica, fibromialgia, desde que se han popularizado estas drogas serotonérgicas y yo lo relaciono directamente con los efectos de estas drogas. La escalada de muertes ha sido drástica desde que escribí PROZAC: PANACEA OR PANDORA?" (Traducción: B. V.). Y a continuación da una lista de casos entre los que se incluyen varios homicidios y suicidios adolescentes e infantiles.

Insisto: matar es del orden del pasaje al acto. Nadie gatilla si antes no quita el seguro de las firmes inhibiciones que nos permiten vivir y dejar vivir en medio de nuestras emociones más intensas. Ayer, irreparablemente, Argentina tuvo su Columbine. Tres vidas menos y un punto más en la lista de pelotudeces que les copiamos a los yanquis. Y cabe preguntarse: ¿Será el miedo a la intensidad de ser humanos lo que convierte a nuestros chicos en máquinas de matar?

Lo que sigue es mi selección de enlaces a la Harris-Klebold-sfera (en inglés). Hay de todo:

Crónica negra (escalofriante; casi un nuevo "In Cold Blood"):
http://massmurder.zyns.com/eric_harris_dylan_klebold.html

Portal de ayuda para prevenir más masacres estudiantiles (con enlaces desactualizados):
http://www.disastercenter.com/killers.html

En memoria de las víctimas:
http://www.rockymountainnews.com/drmn/columbine/

Punto de vista neutral (el webmaster solamente muestra fotos de los asesinos y explica que "matar está mal"): http://www.angelfire.com/yt/eharrisdklebold/

Super duper freak, en memoria y a favor de los asesinos. El webmaster, autodenominado "Undertaker" ("Enterrador") define a Harris y Klebold como "mártires y ultra-víctimas", los justifica, culpa a sus víctimas, e incluye instrucciones (cómo fabricar bombas, etc.) para que desate Ud. mismo su propia (e inolvidable) masacre estudiantil:
http://www.angelfire.com/yt/eharrisdklebold/

"Lear's Shadow". Sitio ¿pseudo? académico muy bizarro, super freak donde mediante "una indagación en el perfil icónico de Columbine, niveles 1 y 2" se los asocia a Harris y Klebold con Calvin y Hobbes (personajes de historieta muy queribles... lamentablemente la analogía despierta simpatía por estos jodidísimos chicos):
http://home.eol.ca/~dord/FCHED2a.html

Enlazo a todos. La expresión es libre. Nadie hace hacer nada a nadie. Cada cual es responsable. Ninguna víctima es culpable. Ningún culpable es víctima.

Minuto de silencio.

No imiten esto que vieron.

Y aguante Carrie...

Tuesday, September 28, 2004

La reina C de Java

Toda una noche navegando en busca de alojamiento gratuito para mi segunda página web, pulsando botones de "OK", llenando formularios que luego desaparecían y no me habilitaban a nada, o a muy poco, o no a lo que yo quería... toda una noche aprendiendo por ensayo y error, retocando detalles, renombrando archivos, copiando y pegando la plantilla de mi página para adecuarla a lo que prometía ser su nuevo hogar... hallado al fin en algún lugar del universo entre Lycos España y Microsoft Front Page (ah, todavía no acarreamos los bártulos). Y me dormí a las 5 am y soñé que conseguía linkear una poronga a mi culo mediante comandos en lenguaje Javascript del protocolo HTML. Y que justo cuando la estaba disfrutando, unos visitantes tipeaban en mi pantalla unos comentarios picarones: "eh... ya sos del club....". Pero el detalle más obsceno era que las letras de los comentarios parecían tener ángulos metálicos y brillar con un brillo cromado, heavy, horrible, todo porque entre las herramientas de la página se encontraba la posibilidad de darle esos efectos a la tipografía.
Consejo sano: escuchar Abbey Road todos los días, especialmente el lado B.

Monday, September 27, 2004

Fenomenología del aburrirse en las fiestas

Quien se aburre en una fiesta está escuchando la música que los otros cantan o bailan. Quien se aburre en una fiesta no participa del uso colectivo del tiempo como olvido habitable que constituye la alegría del acontecimiento festivo.

Para el aburrido, en la fiesta "no pasa nada". El aburrido es quien no ha podido percibir que el acontecimiento no es más que una pérdida transitoria de la conciencia del tiempo, un colapso del flujo temporal en la felicidad del presente continuo. "¿Qué festejan?" se pregunta el aburrido. No entiende que los otros festejan justamente eso: la fiesta misma, su posibilidad en tanto victoria provisoria sobre la percepción angustiosa de la duración. "No hay nada que festejar", piensa el aburrido, y tiene razón: no hay nada que festejar para él, quien no puede ni querría sustraerse a la percepción del tiempo.

Y es que la conciencia del tiempo va unida a la conciencia de la propia subjetividad, a la que el aburrido no podría renunciar nunca. Fascinado en la contemplación de su propia subjetividad, el aburrido desarrolla tal horror al ridículo de verse haciendo algo (parcializándose, cediendo de sí en aras de algún capricho seguramente absurdo) que queda paralizado. El aburrido, sujeto para quien no existe ya por esto ninguna esfera de acción, no puede ser otra cosa que conciencia.

Conciencia de sí mismo y conciencia del paso del tiempo: éstas no son dos conciencias separadas sino una, que pareciera tener dos objetos (el propio ser y el tiempo) que son vividos como distintos pero percibidos con proporcional intensidad: al escuchar música, por ejemplo, se ahonda la conciencia de sí en la contemplación del tiempo intensivamente representado en la música. El oyente, contemplador de su propio desarrollo en el tiempo, se siente existir a medida que la música fluye. No puede bailar, porque sólo su inmovilidad total le asegura el nivel de atención que necesita para poder percibir su propio espíritu de esta manera. Escuchar música para bailar, con su repetición insensata de cadencias y acordes, lo minimiza, lo lacera, le roba esos preciosos instantes que no se repetirán, malgastándolos: en suma, lo aburre.

El aburrido está afuera del ahora. No lo vive, sino que lo oye pasar como si ya hubiera sucedido. Por eso no hay esfera de acción posible para él, que respira a la zaga del tiempo. Siendo puro lugar, el aburrido presencia el tiempo como espectáculo. El tiempo es de los otros, que pueden olvidarlo: la fiesta es de los otros, que pueden fundirse momentáneamente en su transcurrir.

Si algo constituye la fiesta para el aburrido, es un paisaje: pero un paisaje que él solo puede habitar irónicamente. No puede habitarlo, o de lo contrario se iría. ¿Qué le impide irse y abandonar el sufrimiento de esta fiesta aburrida? ¿Compromisos sociales que se salvarían con una mera excusa? Nada de eso: el aburrido está atrapado por la fascinación de la fiesta como espectáculo, en la medida en que dicho espectáculo constituye la opacidad donde se espeja, en gozoso contraste, la conciencia del aburrido mismo, ampliada y perfeccionada en sus detalles con la perfección alucinatoria que sólo ESA fiesta puede darle.

Digamos en beneficio del aburrido que él también construye la fiesta como acontecimiento pero del revés y en negativo. En el espejo que la fiesta le ofrece, el aburrido contempla embelesado, como si se tratase de un caleidoscopio, las sucesivas fracturas y reacomodamientos de su propia subjetividad a través de cada instante del tiempo que irreversiblemente transcurre. Eso es lo que los otros se pierden: cada arborescencia única e irrepetible, singular e intransferible, cada iridiscencia de una escritura secreta: la que produce su mente en el acto privado del pensarse. (Diría Walter Benjamin: "esa droga terrible, nosotros mismos, que tomamos en la soledad".) Estos fugaces diseños inefables se superponen a los rumores ajenos de la fiesta que allá, como un tapiz de fondo, los refracta en una niebla de lejanía: esta distancia es melancolía.

En la novela "El Gran Gatsby" de Scott Fitzgerald, la fiesta es para Gatsby un ejercicio de ascetismo. Sólo Gatsby es capaz de crear sus propias fiestas y periódicamente aburrirse en ellas…secretamente, en el anonimato de un rincón de su mansión. Los demás personajes sólo saben con certeza de Gatsby una cosa: que da divertidísimas fiestas. Lo demás son rumores. Gatsby no existe sino en tanto condición de posibilidad de sus fiestas, así como podría decirse que Dios no existe sino en tanto causa o condición de posibilidad del mundo.

El aburrido vigila cada instante del tiempo del mundo como si él fuese Dios. El aburrido no puede distraerse, no puede rebajarse a criatura, Ni siquiera el alcohol consigue animalizarlo. Puede pasarse horas con su trago en el sofá más cómodo y oscuro, enhebrando en la tanza de su spleen cada segundo del tiempo. Cada tanto alguien lo divisa y le pregunta: "¿Estás aburrido?" "No, qué va, la estoy pasando bárbaro," contesta el aburrido con tal mezcla de desprecio y resignación que los demás aprenden pronto a ignorarlo. El aburrido es un estoico del sufrimiento del tiempo. Un artista sin obra, que ha renunciado a toda utilidad. El aburrido habita un pliegue del clima que solamente él conoce, y en lo infinito de esa melancolía se conserva eternamente joven.

Beatriz Vignoli, Buenos Aires, 1996
Publicado originalmente en
poesia.com.





Sunday, September 26, 2004

Encasíllate y quédate

Yo soy una chica recia.

Saturday, September 25, 2004

Chiste judío

para el Yom Kippur:

Un hombre que hacía repartos en un pueblito se despierta a la mañana y no encuentra su bicicleta. Desesperado, va a la policía, pero no obtiene ninguna información sobre quién podría habérsela robado. Entonces recurre a un amigo, que lo ve muy angustiado por haber perdido nada menos que su herramienta de trabajo, y que le aconseja una entrevista con el rabino. El repartidor entonces acude al rabino y le cuenta su problema en detalle; éste lo escucha atentamente y al fin dice, mesándose la barba: "Húmmm... es muy complejo, es muy complejo. Necesitaré unos días para reflexionar, hasta que encuentre una solución. Mientras tanto, lea los Diez Mandamientos". El repartidor llega a su casa, abre la Biblia en la parte de los Diez Mandamientos, y los va leyendo uno por uno: "Amarás a Dios por sobre todas las cosas, amarás a tu padre y a tu madre, santificarás las fiestas, no mentirás, no matarás, no robarás... no codiciarás a la mujer de tu prójimo...", y cuando llega a esta parte el hombre se detiene, se da una palmada en la frente y dice: "¡Uy! ¡Ya me acuerdo dónde dejé la bicicleta!".

Friday, September 24, 2004

Había más poetas que gente

La fama es como la suerte: si no fuera por la mala, no tendría ninguna.
Ayer, en la presentación de mi libro de poesía Itaca en la Feria del Libro de Rosario, la escena fue como la de una de esas películas de bajo presupuesto sobre Cristo cuando, ya cerca del final, se van atrasando los sueldos a los extras y éstos empiezan a ralear sus apariciones por el set (¿o era realmente así en el guión y el relato bíblico?). Parecía Talk radio: ahí estaban, cómodamente ubicados entre un montón de sillas vacías, "los siete que nos quieren", como dijo un enemigo alguna vez.
No, enemigos no había. Sí vinieron un par de alumnos de mis enemigos. Llegaron temprano y se fueron tarde. Vino mamá con flores ("Mi madre vino al cielo a visitarme"; Héctor Viel Temperley). Mi mejor amigo y colega blogger, autodenominado mi discípulo (sentado adelante) me tenía las flores, al lado de mi mejor amiga, poeta, que me tenía eso que insisto en llamar maletín; junto a ellos estaba el amigo de mi amiga, y después cayó la amiga de mi amiga; también son amigos míos. Y poetas. Y escuchando toda la lectura con los ojos cerrados estaba el amigo (maestro poeta) de la adolescencia. Hasta vino el amante, tarde, y miró desde un rincón, pero su aterciopelada presencia se diluyó demasiado temprano (desapareció, así nomás). Luego mi otro amigo que también es mi mejor amigo, el que siempre llega y se va temprano (poeta también, sentado al fondo, junto al único poeta y lector de poesía que vino por la poesía en sí) cerró la puerta, con lo que mi voz pudo oírse mucho mejor, sólo que al rato el humo acumulado en la sala comenzó a asfixiar a mi madre, quien salió y se volvió a su casa (dejó mensaje, explicando). Tarde y pidiendo disculpas llegó otra apasionada por la poesía más, tarde para las fotos el hermano fotógrafo y se fue; más tarde aún cayeron mis parientes recién llegados del extranjero, pero no importó que fuera tarde porque sumando a los amigos armamos una bandita como de cinco o seis en total y nos fuimos a comer una rica pizza y un rico helado por ahí. Para admiración de todos (y especialmente de su mamá y de su tía), mi sobrino inventó el helado de vainilla y chocolate con palitos salados. Al fin, un saldo positivo: toda una vida luchando por escribir mi propia versión de La tierra baldía, varias largas (y caras) mañanas mandando emails, para poder lograr una agradable reunión amistosa y familiar (sin caras largas... ¡y con fotos!).

Gracias GuáteR por la birra. Perón (según vos) cumple; you too, my son.

Y me cago en la prensa local.

Thursday, September 23, 2004

Blog blog, bla bla, glup...

Acá mi amigo Jáimez, alias GuáteR (quien dice ser goy, como Goytisolo, que está solo) me pide que levante ese ánimo y me promete esa postergada cerveza mientras Jorge Mayer busca un caricaturista que dicte las normas IRAM del nuevo género blog. Y yo temo que nos pase a los bloggers lo mismo que a los poetas: el margen como refugio, hasta que deja de serlo. Y junto a mi pregunta de si la patria es el texto y los bloggers somos como los judíos, una comunidad global en el eterno destierro, me obligo a aclarar que no hablo de lo apátrida como lo construye el imaginario social del antisemitismo, sino más bien de un sit set de nómades sedentarios, lanzando al éter el chisporroteo de nuestras sinapsis...: Hola, hola... ¡Eh! ¿Hay vida inteligente en la Tierra?


Editado por Durden & Norton el 3 de octubre de 2005

on december 24, 2004, at 23:59, penny wrote:

hoy descubrí una palabra:
nadidad

¡feliz nadidad!



Este post que parece salido de otro weblog en realidad es un poema de mi libro ITACA, que presento hoy en la Feria del Libro de Rosario (CCBR, 19:30), junto con los libros YABES, de Roberto Aguirre Molina (Santa Fe), y NOCHE, de Diego Cortés (Córdoba). Más info en un blog de Jáimez.

Ni los medios locales ni nuestra propia editora Junco & Capulí nos dieron mucha prensa a los autores, y eso que somos un combo multi-provincial de la puta madre (el Negro Aguirre Molina es RE GROSO) y eso que desde el título los "cha(n)ts" de mi libro aluden a la Odisea y a la ópera de Monteverdi Il Ritorno di Ulisse in Patria (mi posteadora ficticia "Penny" es Penélope: Penny y Ulises en mi libro se reencuentran via chat). Pero Rosario no es una patria, o por lo menos no es una Ítaca... Una Itaka (con k) es lo que me gustaría tener para armar un desparramo pero no, en la vida real no se puede ser un héroe homérico masacrando Pretendientes a lo Taxi Driver porque no sería ético y encima vas preso. ¿Pero qué hacer cuando tu propia ciudad te odia?

Anoche volví a ver después como de 15 años Talk Radio (La radio ataca) donde Oliver Stone le revolea la cámara alrededor a Barry, un acorralado y acelerado Eric Bogosian (coguionista, autor del texto de la obra en que se basa la película, que él mismo representó en el Off-Broadway con mucho éxito, según las reseñas en Art in America de por entonces) que no es judío como su personaje sino en realidad armenio pero no importa, da un miedo bárbaro verlo encerrado ahí en esa pecera de estudio de radio que es como una jaula, jugando con el odio de una ciudad provinciana que lo odia, concentrando el odio como un pararrayos, hasta el final previsible... ¿inevitable?

Me quedé pensando en que a lo mejor se puede elegir no jugar con el odio. A lo mejor hay que irse herido como se va el gato Norton que pierde la gran pelea, o quedarse pero quedarse tranqui, tomándose esto del exilio interno como unas vacaciones y mientras tanto la patria es esto, esta ventanita donde estoy escribiendo, la patria es el texto, qué judío que suena decirlo, a lo mejor todos los bloggers somos en cierto modo judíos... sí, la patria es el texto.

Wednesday, September 22, 2004

The Missing Link

¿Qué hace Daniel Link, que no postea?
Popa. Te encontramos.
¡Un novelista especializado en dobles personalidades acá...!

Rincón literario

El rosarinosaurio se sigue renovando. Acabo de agregarle a mi sidebar un "Top 5" de enlaces permanentes a sitios en inglés dedicados a El club de la pelea, tanto a la película -¡inspiración!- como al libro y a su autor.

Por si hacen falta explicaciones (en castellano), cliqueando en el título de este post se accede a los dos artículos de Página/12 que me llevaron un domingo a recorrer videoclubes preguntándome cómo me había perdido ESO cuando la estrenaron.

Obviamente no soy una fanática de Fight Club de la primera hora, pero quería mostrar de dónde saqué la foto de Edward Norton que te mira ahora (y que es parte de una producción fotográfica promocional de la película, hecha especialmente para una revista) junto con otras cosas graciosas, como un sitio de Fox donde los dos actores estelares de la película se ponen "en personaje" y juegan a hacer real la ficción.

Y los lectores de Chuck me dan miedo.
¿Se lo estarán tomando TAN en serio?

Tuesday, September 21, 2004

¿Algún problema?

Es lo que desde ahora dirá el rosarinosaurio Xenia Norton en lugar de aquel ridículo "Comments".

Gracias GuáteR y gracias Haloscan.

Y ahora COMENTÁ, MAULA...

Hola, Prima Vera Lynn...!

Hoy le fl(u)ore(s)cieron unos links externos muy verdes en la punta del sidebar a mi rosarinosaurio blog, que hoy cumple dos semanitas.

Sé que todavía no están todos los que son pero paciencia, esto de jugar a que soy una diseñadora de verdad tiene sus bemoles. Aún no logré (me debés esa cerveza, GuáteR...) que en vez de "About me" o "View my complete profile" diga "Quién mierda soy" o algo así.

Ah, si las referencias no llegaren a ser del agrado de los referenciados, pregunten por Tyler Durden... o por Norton... nos vemos a la salida...

Monday, September 20, 2004

Cenizas

por Beatriz Vignoli



¿Es normal eso blanco? le pregunté. Es el corazón, dijo.

Una nada, un vacío le fijaba los ojos en lo negro de la placa radiográfica. Y se quedó mirando esa especie de test Rorschach en tinta china, esa gran mariposa negrísima, con una fascinación que empezó a resultarme preocupante.

Mis pulmones.

¿Ha bajado mucho de peso últimamente? Seis kilos en dos semanas, dije, con un orgullo que su expresión enseguida me reveló inútil. Quise descifrar esa cara, pero ya no me miraba. Ya se había puesto a garrapatear recetas y órdenes de estudios con maníaco entusiasmo. Como si quisiera curarse de haber mirado el vacío.

¿Qué había visto? No lo suficiente, dijo. Quería ver mis placas anteriores. Quería saber. Mi existencia misma parecía interesarle. ¿Sigue el cansancio, aquel de la primera crisis asmática, la de 1947? Sí, sigue, dije.

A lo mejor se extrañaba de verme ahí, de que hubiese durado. Era un testigo de mi duración. Como si mi carnadura le resultara demasiado densa. Como si ante él se hubiera vuelto repentinamente sólido un fantasma.

Balbuceé una pregunta. Balbuceó una respuesta. En las dos frases abundaron palabras como "quizás", "algo". Salí a la calle con la sensación de que el tiempo realmente era oro, y la vida un caso raro.

Cuando volví, me preguntó cómo había estado. Le importaba mi existencia, realmente. Hacía mucho que a nadie parecía importarle. Me preguntó dónde vivía, dónde trabajaba. Le dije que en un incinerador.

"Ajá", dijo. Estaba tan sorprendido que no podía dejar de mirarme. Me miraba con un interés humano, con una mirada que yo ya no esperaba de nadie. Los iris de sus ojos eran tan claros como los míos y casi tan claros como lo blanco de la placa.

"Soy incinerador", dije. "En el crematorio del cementerio municipal", me apresuré a aclarar. Me preguntó desde cuándo. Le dije que desde 1947, o 1948, desde que salí del hospital. Había estado tres años en el hospital, como paciente psiquiátrico, después del campo.

¿Y nunca le hicieron una radiografía de tórax?

Primero le aseguré que no, después dije que no me acordaba. Me resistía a admitir que posiblemente hubieran habido placas y yo mismo las hubiera lavado con cloro para fabricar stenciles de acetato. Eran para mi laborterapia de pintura decorativa. Laborterapia: alguien en el hospital supuso que todos los males que uno se había agarrado trabajando como esclavo en el campo, se curaban trabajando, también gratis. Había que salir de la depresión, eso decían. Se suponía que todo el problema era que uno tenía una gran depresión. Como si ya no quedaran cuerpos, sólo almas. Almas leves, mecánicas. Manipulables.

Hasta ahí los malos médicos. Pero este era bueno. Yo me alegraba de haber podido costearlo. Se suponia que yo ya había salido de mi depresión y que apenas si tenía un problema de cansancio; fue por entonces que un antiguo condiscípulo del Liceo me llamó y me dijo que me necesitaba para hacer unas traducciones. Las hice de noche, luego de volver del trabajo y cenar algo y dormir hasta medianoche; para molestia de mi casera, trabajé una semana entre las doce y las tres de la madrugada. Un trabajo de verdad, bien pagado. Y lo terminé y me agarró esta tos.

Me preguntó si fumaba. Le dije que no. Le dije la verdad.

"Respire hondo", dijo. Me auscultaba. Mi espalda era una fuente de sonidos, una gaita. Algo digno de estudio. Luego de auscultarme y de escuchar atentemente cada una de mis respuestas a una cuidadosamente formulada serie de preguntas, me habló del test alérgico. Llevaba diez minutos. Costaba una libra. Yo tenía diez libras en mi bolsillo, además de lo del banco. Ahora yo era más rico de lo que había sido en los últimos veinticinco o treinta años.

Decidí hacerme el test de inmediato. Consistía en unas gotas traslúcidas y unas marcas en tinta lavable y unos leves pinchazos, y esperar. Mientras esperaba, fuera del consultorio, releí un pasaje de Heine.

Me había parecido más bello en la última lectura, en el hospital, seis años atrás. Me habían parecido hermosas las palabras del poeta sobre ese fondo de desolación: las camas, los restos de seres olvidados. Ahora, entre la decoración burguesa de la sala de espera, con el estómago lleno, tosiendo pero bien atendido y bien cuidado, me parecía que el bueno del poeta se estaba perdiendo algo.

Como siempre me sucede en todas las salas de espera, me sobresalté al oír mi apellido. Aunque me estuviera llamando mi buen médico, no podía evitar sobresaltarme al oír pronunciar mi apellido en un tono profesional, impersonal.

Guardé el libro de Heine. Entré. Leyó algo en mi brazo: dos ronchas.

"Cenizas", dijo.

Resulté ser alérgico a las cenizas. No me atreví a contarle que el incinerador había sido mi lugar de trabajo en el campo. Me tocó quemar fotos, montañas de fotos. De mi abuelita, de mi madre, de mis tíos, de mis antepasados. Seres queridos muertos hacía mucho tiempo, o recién asesinados. Y cuadernos. Y cartas. Trazos de tinta íntimos como caricias, intensos como voces; palabras imposibles de memorizar.

Siguió haciendo anotaciones, esta vez en una ficha. Mi historia clínica. Mientras escribía, en una caligrafía desmañada pero bastante clara, iba leyendo en voz alta sus propias palabras. "Vías respiratorias muy irritadas", apuntó. No le conté que trabajando en el incinerador del campo adquirí el hábito de inhalar las cenizas. Las aspiraba hondo, a esa especie de azúcar impalpable gris que era la sombra de las sombras de los que amaba. ¿Acaso eso me estaba matando?

No me anticipó ningún diagnóstico. Quedamos en que volvería en una semana. Nos despedimos hasta entonces.

Me llevé todos los pequeños papeles que me dio al salir, y los guardé con amor en el libro de Heine.



(a Paul Celan. A Esteban Jáimez, a Mariana Brebbia, a Adolfo Trumper. A Luis Blotta. Al Dr. Molinari).



Friday, September 17, 2004

Dr. Molinari

¿Es normal eso blanco? le pregunté. Es el corazón, dijo. Y se quedó mirando esa especie de test Rorschach en tinta china, esa gran mariposa negrísima, con preocupante fascinación. Una nada, un vacío le fijaba los ojos en lo negro de la placa. Había algo denso ahí. ¿Ha bajado mucho de peso últimamente? Seis kilos en dos semanas, dije, con un orgullo que su expresión enseguida me reveló inútil. Quise descifrar esa cara, pero ya no me miraba. Ya se había puesto a garrapatear recetas y órdenes de estudios con maníaco entusiasmo. Como si quisiera curarse de haber mirado el vacío. ¿Qué había visto? No lo suficiente, dijo. Quería ver mis placas anteriores. Quería saber. Mi existencia misma parecía interesarle. ¿Sigue el cansancio, aquel de la primera crisis, la de 1997? Sí, sigue, dije. A lo mejor se extrañaba de verme ahí, de que hubiese durado. Era un testigo de mi duración. Como si mi carnadura le resultara demasiado densa. Como si ante él se hubiera vuelto repentinamente sólido un fantasma: esa mirada. Balbuceé una pregunta. Balbuceó una respuesta. En las dos frases abundaron palabras como "quizás", "algo". Salí a la calle con la sensación de que el tiempo realmente era oro, y la vida un caso raro.


Esto podría ser el comienzo de algo.

El Crítico

Soy el gesto que otorga mismidad a lo otro, siempre a lo otro: soy El Crítico.
Escribo la voz que estaba destinada a hablar de ustedes. La que sospecharon en el silencio, la que llegaría, desde adentro del alma del mundo, a leer en voz alta cada trazo, cada mancha, cada nimio color de ustedes. Soy una voluntad de sentido al encuentro de lo que revienta por significar en todos esos cuadros de ustedes.
Soy el que ausculta el murmullo de los colores y les pregunta si tienen calor, si sienten frío. Todas las huellas saben que entiendo sus mensajes: soy el gran intérprete del idioma de los rastros. Lo que en la nieve sangra me está dirigido. Lo que sin motivo sangra en la nieve, me aguarda.

(Fragmento de mi novela Molinari baila, publicado en Rosario/12 en 1998)

Thursday, September 16, 2004

Dijo el maestro:

“Tu vida no suele tener ninguna gracia cuando te sucede, durante esa primera vez. De hecho, la mayor parte del tiempo apenas puedes soportarla... Así que, al no poder ejercer ningún control sobre tu propia vida, descubres que al menos puedes controlar tu versión de tu vida. Por eso escribo”. (Chuck Palahniuk, citado -¿y traducido?- por Rodrigo Fresán. Posteado por Will Piro).

Me gusta(ría) la (buena) fama (si la tuviera), y si por mí fuera, quiero que de mi novela policial Reality se haga una versión cinematográfica con Edward Norton en los dos papeles: el del detective y el del asesino...

Y por favor alguna empresa de ésas que inventa Charlie Kaufman bórreme del cerebro el script string <¡a href="http://www.la fuente de mi cita pedante.blogspot.com">mi cita pedante<¡/a>...

...que quiero parar de postear así me voy a dormir...

Seré grasa, pero...

...hay cosas que me dan un jabón...

2004: Odisea del CyberEspacio

¿Se acuerdan de esa escena de la película 2001 Odisea del Espacio en que un homínido bastante de primera generación (un tipo original, dirían los genetistas; una bestia humana, diría mi vecino) revoleaba un fémur que quedaba girando en el espacio y al que los FX cosecha 1968 convertían en una estación espacial?
Bueno, a esa misma velocidad salté al siglo XXI.
Mis primeros intentos de mejorar los comentarios de mi blog manualmente fueron fallidos: mi intuición de estudiante de idiomas me decía que algo no andaba del todo bien si esos extraños caracteres que venían siendo violetas, de pronto eran negros. La palabra "comments" era una pura dualidad de concepto abstracto y representación gráfica, por completo inoperante fuera del campo simbólico, como ha sido toda palabra entre la desaparición de la magia y la invención de los tags. "Signo mágico, tag, haber perdido poder. Signo mágico violeta hacía cosas, signo negro solamente DECIR cosas, haber perdido poder mágico", pensó el rosarinosaurio Xenia Norton y clickeó en un vínculo a la dirección de HaloScan... ¡oh, Cosmos! ¡Justo cuando Haloscan acababa de automatizar la instalación de sus comentarios para usuarios de Blogger!
Gracias a Baker, a GuateR y a todos los que ayudan y saludan.
Miren cuando Blogger sea un apellido, como Jagger o Webster o Smith...

Wednesday, September 15, 2004

El que no baila es un novelista

Las mujeres que bailan, bailan para ser miradas. Bailan para habitar.
Se escribe poesía para habitar un mundo. Escribir una novela es inventar un mundo y no habitarlo. Los novelistas no bailan; los traductores sí.
Recuerdo una fiesta de traductores y poetas. Los traductores bailábamos en la oscuridad; bailábamos borrachos y podíamos mantener el equilibrio. Uno de los poetas que bailaban, en cambio, se llevó una silla por delante y se cayó. De lo que infiero, imperfectamente, que un poeta que baila se desplaza por el espacio y no mira. Baila para ser mirado. Una mirada hubiera sostenido al poeta, impidiéndole caer; pero todas las sillas estaban vacías, porque todos estábamos bailando. Menos uno: un hombre recién venido del extranjero, de pie en el balcón, que escuchaba el idioma extranjero de las canciones que bailábamos y quizás lloraba en silencio.
Los traductores no somos recién venidos del extranjero, llorando en silencio. Hay un alivio en traducir, como hay un alivio en olvidar. Traducir es escribir sin tener nada propio que decir. Traducir es bailar sin moverse. Los traductores bailamos sin movernos, en equilibrio; invisibles, bailamos en la oscuridad.

Tuesday, September 14, 2004

Lo logramos...

Habemus Haloscan!

Mujeres bailan

Mujeres bailan. Esta noche salen a la pista solamente mujeres, de lo cual podría deducirse imperfectamente que todas las mujeres bailan. Nos preguntamos por qué los hombres no bailan; pero lo que no nos preguntamos es porqué, siendo mujeres, no bailamos. Bailan mujeres y sus cuerpos hacen cosas, cosas que no son acciones porque no tienen propósito ni objeto: bailar, parece, las hace felices. Debe haber algo profundamente femenino en el bailar. ¿Qué? Una esperanza de dicha, parece. Un salir al encuentro del otro, o de lo Otro. Y los hombres, ¿no tienen esa esperanza? Y a las mujeres que bailan, ¿qué las mueve? ¿Un deseo? ¿Deseo de qué? ¿Y cómo ese deseo no mueve también a los hombres? La presidenta del club andaluz nos cuenta de las mujeres de la compañía de baile: “se casan y dejan”, dice. ¿Se casan y dejan de bailar? Sí, dice. Pero las que mejor bailan son las viudas.

(Inédito, 3 de septiembre de 2004. A Gloria Lenardón.)

Sunday, September 12, 2004

La pinta es lo de menos...

Noticia de hace 125 millones de años en La Nación de hoy: "Los dinosaurios alimentaban a sus hijos, les buscaban refugio y les brindaban calor".
Para Spielberg éramos los malos de la película, pero nuestra imagen pública levanta puntaje a partir del descubrimiento en China de un nidito de dinos: 34 pichones, 35 sumando la mami.
Muertos, claro.
Ja! Y dicen que somos monstruos sin sentimientos...
Lo que no saben es que los monstruos también tenemos sentimientos...

Saturday, September 11, 2004

¡...Visito las Torres mañana! Cariños, Waldo. 10 de septiembre de 2001

Hace unos días recibí por email una "FOTO INCRÍVEL". Era la foto de un tipo de gorrito y gafas oscuras, de pie en la terraza del World Trade Center (fecha: 091101), mirando a la cámara con cara de turista boludo mientras a sus espaldas un avión Boeing se acercaba, sin que él lo viera, al edificio. Según el epígrafe en portugués (caps block sobre fondo amarillo rabioso) ESTA FOTO FOI ENCONTRADA NUM ROLO DE UMA CÂMERA FOTOGRÁFICA ENTRE OS DESTROÇOS DO WORLD TRADE CENTER E FOI RECOLHIDA PELO FBI PARA INVESTIGAÇÃO. TENDO SIDO HOJE POSTO À DISPOSIÇÃO DO PÚBLICO NA INTERNET. AINDA SE DESCONHECE O SEU NOME E ESTÁ OBVIAMENTE DADO COMO DESAPARECIDO PELA FAMÍLIA. La imagen (trucada, por supuesto) no era otra que la del famosísimo "Tourist Guy", o "Tourist of Death", también conocido como "The WTC Tourist" o "el tipo en la terraza del WTC". Todavía sigue ahí:
http://www.touristofdeath.com/
¿Quién era este misterioso caballero, supuestamente fotografiado en el último instante de su vida, inadvertido de la proximidad de su fin? Algunos líricos lo llamaron "The Accidental Tourist", por aquella bella película de 1988 de Lawrence Kasdan con William Hurt y Kathleen Turner. Cuando se tuvo claro que era un fraude, la proliferación de copycats lo sacó de la terraza y lo convirtió en "el Forrest Gump de Internet". Entonces los angloparlantes lo apodaron "Waldo" por "Where's Waldo?", una serie de libros ilustrados para chicos donde al mismo personaje se lo ve en distintos lugares. Los brasileños (tocados por un compatriota que durante días fue un Waldo trucho) sacaron a relucir los talentos para el fotomontaje del humorista y conductor televisivo Jô Soares. El kia (¡no precisamente Killed In Action!) resultó ser un húngaro llamado Peter, que "solamente" ("mis intenciones eran buenas", diría el Chavo del 8) quiso hacer reír a sus amigos. Primero mantuvo un perfil bajo por temor a las burlas, pero al fin se dio a conocer a los medios. Mostró pruebas: otras tres fotos. Las imágenes todavía se pueden ver en Wired News:
http://www.wired.com/news/culture/0,1284,48397,00.html
Ventajas de la fama según Peter: "Lo bueno es que alguna gente que hacía tiempo que no veía me buscó", escribió. Estos no se la creyeron:
http://an.uol.com.br/2001/nov/08/0inf.htm
Estos al principio parece que sí:
http://www.bandacolt45.com.br:8080/
Ya el 20 de noviembre de 2001, dos autores se tomaron la molestia de explicar en sus Urban Legends Reference Pages por qué la foto era falsa. Los errores son los típicos del fotomontaje malo. El análisis de las sombras revela que hubo diferentes fuentes de luz para los distintos objetos incluidos en la foto; hasta la hora está mal (el observatorio de la terraza del WTC abría a las 9:30 AM, y el impacto del primer avión fue a las 8:49 AM) y otras sutilezas. Interesante la interpretación de estos autores, que consideran al chiste en cuestión como parte del proceso curativo del trauma del atentado. Más en:
http://www.snopes.com/rumors/crash.htm
No hagan clic en el hipervínculo "WTCtourist.com" porque la página a donde enviaba no existe más.
Ah, si quieren dejarle un saludo a Waldo (avisarle que no vaya al WTC, por ejemplo) hagan clic en el título de este post.
Verán que el rosarinosaurio Xenia alias Norton TAMBIÉN ESTUVO AHÍ.
Gracias a Heriberto Lorenzati.

Friday, September 10, 2004

Here is no water but only rock, II

La Atopia de DAF ya tiene su universo paralelo: Desertia. Que se puede visitar haciendo clic en el título de este blog (je, je... estamos aprendiendo...). Desertia es obra de Esteban Jaimez, quien se oculta de la fama y de la gloria tras el nick Guaterresistant y es más conocido como "el bloguista en busca de su propia novela". Aguante Guáterrr... y gracias por el homenaje explícito. Pero blanqueemos las cosas y repartamos la mercancía. En realidad mi Atopia "homenajea" a The Waste Land / La tierra baldía de Tough Shit Eliot. El verso "Here is no water but only rock" (que en DAF pongo como título de una canción de Dream Factory) es una cita del mencionado poema en 5 partes de T. S. Eliot (le decían así para abreviar) publicado en 1922.
La versión original inglesa completa del poema puede bajarse de:
http://www.bartleby.com/201/1.html

Thursday, September 09, 2004

Es grasa decir "grasa". Ahora se dice "kitsch".

Si el trompe l’oeil era el arte menor que engañaba, el kitsch —ese sucedáneo industrial del arte— se da por satisfecho con mentir. Filosóficamente pragmatista, moralmente hipócrita, el kitsch no es ni parece nada: sólo “hace de cuenta que...”. El kitsch no copia ni representa ni crea ilusión: su especialidad es la imitación. El kitsch es la locura de la materia. La realidad virtual es su utopía técnica. El kitsch tendría la voluptuosidad de la alucinación si no fingiera hasta eso. Melancolía del kitsch: el fantasma de la belleza inalcanzable de un original esplende, lunar, en el aura menor del merchandising. Desde Poe hasta Jurassic Park, el kitsch termina entristeciendo a los niños: los cuervos no hablan, los dinosaurios no existen. Un pequeño monstruo de plástico no alcanza a compensar el vacío de la inmensa ausencia del mito real. “Nevermore, nevermore”, resuena el canto monótono de la industria en el excedente por sobre lo funcional, en el resto de sentido, en el rasgo pseudoartístico que hace de una mera mercancía seriada un objeto kitsch.

Fragmento de mi nota "Color piel", publicada en El Ciudadano (Rosario) el 23 de marzo de 1999

Wednesday, September 08, 2004

Barrio de escritores con blog: guía del cyberflaneur

Sí señores, Beatriz Vignoli tiene su blog!
dice Guillermo Piro en su entrada del martes 7 de septiembre de 2004 en su blog Wimbledon:
http://ultimasdebabel.blogspot.com

Here is no water but only rock

Un domingo, la ginebra es el único calor. En la radio, una música de metal señala algún sitio de la memoria –oscuro y con rieles– que no alcanzo a precisar con coherencia. Si hubiera algo, algo en el aire, mensaje, embriaguez cósmica, droga filosofal, signo de cambio... Si hubiera incienso, rosas, algún río, alguna cosa viva y verde. Si hubiera una ciudad llena de luces, un fluir de perfumes en la calle, una energía que baje de la luna, una forma de locura invulnerable. No hay gorjeo de pájaros ni agua, sólo el regusto incansable de la carne podrida que retorna, en la áspera sed, en la incesante nada, sólo atravesada por el pensamiento que ya nada más dice y gira en círculos: buitres. Si mantengo los ojos abiertos no me los comerán. Tres días de vigilia y el cansancio no cede. Enciendo un cigarrillo y lo dejo consumirse para ahogar el hedor que se ha instalado en todos los intersticios del tiempo. No hay reconciliación posible con este olor. ¡La Historia es un depósito de cadáveres! Que el fuego prenda en la montaña de cuerpos y arrase con este escándalo que desfigura la continuidad del mundo. Los coyotes aúllan de hambre inmemorial, aúllan y aúllan trepanando el insomnio hasta que el frío del alba cae como una piedra que aplasta el levísimo horizonte azul y púrpura. El silencio del fuego es tan profundo que se ve el rumor de las piedras que crujen... Cosa triste, el mamífero. La evolución debería haberse detenido en los reptiles.

Fragmento de mi novela DAF, publicado en Rosario/12 en 1992. Para comprobar la influencia literaria del texto citado en la producción de un joven autor argentino contemporáneo, visítese:
http://lavidaboba.blogspot.com
Aclaro en beneficio de Guaterresistant y demás readers (digests?) que "influencia" y "plagio" son dos cosas muy distintas.

Los muchachos se divierten

"Tyler tiene una visión. Tyler hace jabón"
"Travesura. Caos. Jabón"
http://www.foxmovies.com/fightclub/
Un sitio super duper cool y lo mejor de todo es que no sirve para nada.